lunes, 8 de diciembre de 2008

Llévatelo todo

Ahora que te has marchado, sin ninguna explicación, empaco una maleta con las cosas que dejaste y que no quiero conservar, quiero que te marches del todo y recordarte lo menos posible ya que no puedo seguir sufriendo tu ausencia, mi corazón trata de aprender a ser fuerte y basándose en la experiencia estoy seguro que sobreviviré pero eso no hace al dolor menos tenue ni las noches más cortas, sólo las lágrimas son menos ya que no me lo permito más.

Dentro de éstos labios mudos que hablaban tanto a veces siempre existió el deseo de decirte que quería que fueras mía para siempre y que yo sería siempre para ti, la decisión ya estaba tomada sin importar la opinión de los demás, al fin y al cabo el que sería dichoso o desgraciado sería yo y nadie más, por eso no le concedí el derecho de decidir a otro. Sólo faltó esa oportunidad y el momento justo que muchas veces practiqué en mi mente. Te empaco entonces esa propuesta nunca hecha, no quiero tenerla más.

Te empaco mi dedicación, empeño y amor. Para mi no existe el amor sin sacrificio, sin lealtad y devoción, por eso hice siempre más de lo que pude, te consideré lo mejor que ha pasado en mi vida y te vi con los ojos del alma que son ciegos a los defectos y debilidades aunque sean gigantes como el mar.

Te puedes llevar ese beso que guardé en mi boca todos éstos años, el mejor beso que probé, el que siempre me hace sonreír cuando lo recuerdo, aquel que saboreo cuando no te tengo cerca.

Llévate también todas esas fotos que jamás se revelaron, aquellas que existen sólo en los ojos de alguien que te amaba con locura y que no podía verte como algo menos que un sueño, aquella primera vez que bailamos...llevabas una blusa roja... aquí la tengo guardada aún. Llévatelas todas que no las quiero más, no quiero más esas promesas, esos planes rotos, no quiero más sentir tu cuerpo cerca del mío mientras la música detenía el tiempo, no quiero más tus besos ni tus escasas caricias, no quiero recordar tu sonrisa ni el olor de tu cabello; no quiero volver jamás a aquellos lugares que eran nuestros.

Llévatelo todo que no puedo verlo más, espero que contigo esté a salvo del fuego que devora los años y que no se convierta en cenizas que se lleva el viento. Espero que estés bien, espero que seas feliz...

viernes, 5 de diciembre de 2008

Oración de un guerrero

Nací siendo un guerrero, la vida fácil no está en mi destino, muchas veces he enfrentado y enfrentaré la espada enemiga mas no caeré por su peso, sólo caeré por el mío propio cuando no tenga brazos, piernas y un corazón para pelear.

Lucho todos los días contra mi propio corazón que aunque me aconseja a veces me traiciona y me hace olvidar mi destino, lucho por ser más fuerte y más hábil para enfrentar mi próxima batalla, lucho contra aquel que me desvía de mi camino, contra aquel que me hace creer que no tengo valor, lucho contra el que me ha herido y aunque a veces pierda juro que esa cuenta pronto será saldada.

Sólo escucho a mi instinto que me obliga a ser justo, no formo parte de un grupo ni me escondo bajo la sombra de quienes creen que pueden pensar, sentir, o hablar por mi. De mi boca se escucha el sentir de mi corazón, no necesito que se expresen por mi y cuando mi voz es tenue o se quebranta por alguna razón, mis ojos y mi mirada son suficientes para expresar lo que siento. Los ojos de un guerrero son el espejo de su alma y su espada la forma que toma el brazo para ejecutar los deseos de su corazón.

Me equivoco y muchas veces pero no temo aceptarlo, lo único que temo es no poder enmendarlo.

Lloro, es cierto, por qué no, si soy un simple humano pero creo que existe un Dios que me escucha y aunque yo nunca lo escuche a El puedo ver su manifestación en muchas cosas, muchas veces me creí perdido, muchas veces sin aliento y herido y justo antes de derramar mi última gota de sangre ese inmenso calor llenó de nuevo mi cuerpo dándome fuerzas para continuar viviendo. Ese es el calor que viene de alguien supremo que promete morada para aquel que luchó con justicia.

Por eso no temo morir, porque sé que tendré en dónde descansar por fin de ésta eterna lucha que inició cuando vi la luz por primera vez y que terminará cuando la observe por última, antes jamás será porque a lo único que temo es a rendirme algún día.

Este largo camino terminará solo cuando descanse en un prado verde con la mirada perdida en el azul del cielo, con mi espada a un lado y la satisfacción de haber tenido el valor de vivir y morir por lo que creí justo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Nubes de vainilla

Entre nubes de vainilla te observé flotando cual graciosa mariposa que deambula perezosa dibujando sueños en el aire. Te tomé la mano y bailamos juntos ese vals sobre las nubes de tonos amarillos y rosa del cálido atardecer que tanto he esperado, ese mismo atardecer de mis recuerdos cuando más feliz fui, cuando creí que esos momentos serían interminables y como promesas persistirían a pesar del paso del tiempo.

Mi mano y tu mano, la otra en tu cintura, tu mano en mi hombro y aquellos suaves pasos, como dos hojas que caen lento, caprichosamente movidas por el viento. Solo basta con dejarse llevar y el resto transcurre solo. Un paso al frente y una vuelta, miro tus ojos marrones y cálidos; un paso atrás y otra vuelta, tu sonríes por la forma en que te observo.

No se que decir y mejor no digo nada, he perdido la costumbre de la charla simple y sincera. La música es suave y el momento es mágico, me conformo con sentir la tibieza del contacto y tu respiración pausada. Cierro los ojos por instantes para estar seguro de que tengo tu imagen impresa en mi mente y ahí siguen tus ojos y tu sonrisa; no es fácil olvidarte.

La música es cada vez más lenta y las notas más pausadas; el tiempo se ha terminado, viene de nuevo esa larga espera para verte de nuevo y poder revivir todo otra vez cual si fuera una bola de cristal con la imagen de una pareja bailando adentro y nostálgica música mientras gira.

Me queda sólo sonreír levemente, se que no fué apenas un sueño; en mis manos aún percibo el suave aroma de las nubes de vainilla que acariciaron tu piel.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El último rincón

Tomó la espada con fuerza y prometió que sería la última vez, cuando la venganza ha sido saciada solo queda ese vacío, ese simple vacío. La vida es tan simple cuando los recuerdos son lo único que alimentan el alma, poco a poco se van tornando más y más borrosos, confusos y lejanos.

Los ojos fríos y vacíos contemplaban con lentitud y cuidado la hoja de la espada, brillante y pura pero con sus propias cicatrices, al igual que un cuerpo en ella estaban escritas tantas historias con sus propias memorias, memorias de tiempos perdidos cuando al resplandor de la luz se oscureció el mundo entero para aquel que la enfrentó. Por qué no podía ser igual para aquel hombre que cada vez más olvidaba el motivo que lo hacía caminar, curioso, muchos recuerdos lo entristecían pero se aferraba a ellos con la firmeza del cordón que sostenía a la espada en su cintura.

Ese día combatiría con un enemigo poco común, su fama era grande, lo aguardaba a las afueras del pueblo. Tomó su espada, la enfundó y la ató cuidadosamente a su cintura junto al waki (espada más corta), dirigió una mirada nostálgica a la pequeña habitación que había absorbido parte de sus recuerdos y se marchó.

Sabía que sería vencido, un guerrero que lucha sin su corazón es como el fuego sin aire que lo alimente, su corazón ya no latía a prisa como ocurría antes, en el fondo quería ser vencido para poder encontrarse de nuevo con los que tanto amó.

Los ojos se encontraron, una mirada fiera y penetrante frente a una tranquila y al parecer aliviada. El contrincante se sorprendió al ver la mano derecha libre y cayendo a lo largo de la pierna (algo inusual en un duelo que se resuelve de un solo golpe y en un instante) y se enfureció al ver que sus ojos se cerraron como aceptando la derrota, nunca hubiera esperado tanta cobardía.

Ambas respiraciones eran pausadas, una buscando concentración ya que no iba a menospreciar al rival a pesar de que lo enfurecía aquel estado totalmente relajado, la otra serena, su mente ya estaba en otro sitio, era un campo enorme y verde.

El sonido de una espada cortando el aire luego un grito de dolor, el campo verde se transformó en sangre al abrir los ojos, su contrincante estaba de rodillas con su espada a un lado y una herida mortal que le cruzaba el cuerpo.

Aunque su brazo derecho permaneció inmóvil aceptando su supuesto destino su brazo izquierdo actuó por cuenta propia cortando de abajo hacia arriba con la espada corta. Su padre dijo que la espada sería una extensión de su brazo, al parecer su brazo izquierdo era la extensión de su corazón, un corazón que no quería rendirse todavía. El último rincón donde se escondía un espíritu atormentado pero aún con ganas de luchar.

Súbitamente sus ojos se llenaron de furia, el brillo de muerte concluyó el duelo y la agonía del contrincante. Un cuerpo de rodillas sin vida y otro rostro para alimentar las pesadillas.

El camino continúa; un día más a solas con sus recuerdos.

domingo, 26 de octubre de 2008

Marcho sin mirar atrás

Marcho sin mirar atrás porque temo derramar esa última lágrima que mantiene con vida a los recuerdos que tanto me hicieron feliz.

Creí que tenía el poder de cambiar el mundo y hacer que girara alrevés a pesar de que muchos decían que estaba loco por creer eso, ahora marcho sin mirar hacia atrás porque no quiero ver ni escuchar a la gente reirse de mi y de mi error, a fin de cuentas soy solo un hombre que busca creer en algo y que no le gusta equivocarse por pretender ser un dios.

Que mundo es éste con sus reglas que terminan explotando en la cara de aquel que las contradice; el amor es para quien sabe darlo pero más para quien sabe recibirlo, el mundo es para el que lucha pero más para el que sabe cuando no debe luchar más, el que más arriesga es el que gana pero gana más el que sabe cuánto es prudente arriesgar, el que perdura no es el que sobrevive sino el que sabe cómo vivir después de sobrevivir.

Marcho sin mirar hacia atrás porque no quiero tropezar, porque no se si podré levantarme de nuevo, porque quiero aprender a recibir amor, porque quiero saber cuándo darme por vencido y empezar de nuevo otro camino, porque quiero aprender a saber cuando arriesgar.

Marcho sin mirar hacia atrás hasta que aprenda a olvidar y a aceptar lo que la vida depare, porque quiero con todo mi corazón vivir y tener la esperanza de que mañana será un día mejor, porque quiero decir que supe amar pero que también supe decir adiós sin perder la ilusión de que vendrán otros tiempos en los que también seré feliz.

Marcho sin mirar atrás porque el camino es largo y el tiempo es poco, porque la vida es corta y el amor sigue siendo hermoso, porque hay cosas que no puedo cambiar y porque ya no quiero seguir intentándolo más...

martes, 14 de octubre de 2008

El camino

Creyendo que llegaría a algún sitio, por el camino de la venganza se decidió enrumbar. Con la espada aún ensangrentada y temblando de ira gritó...

Muchos años atrás su padre había sido vencido, su padre el invencible no fue derrotado en combate, lo cual hubiera sido motivo de honra, fue vencido por la traición de su amo. En las luchas de poder a veces se toman acuerdos por encima de los intereses de los gobernados, su aldea fue arrasada mientras él observaba con impotencia, eran los samurais de su propio amo. No se atrevió a levantar la espada en su contra y murió con su honor intacto, juró lealtad y aunque no comprendía la razón dejó que tomaran su vida y la de su familia, excepto la de su hijo mayor que se encontraba en un pueblo vecino.

Cuando regresó a su casa todo era desolación e imágenes que quedaron en su mente grabadas con fuego como la marca del hierro caliente en el cuero, su padre aún vivía y con una voz temblorosa le pidió que lo ayudara a ponerse de rodillas luego lentamente y con una voz pausada le dijo: ''eres libre y no sirves ya a ningún amo, olvida tu nombre y tu pueblo, sigue por el camino justo pero haz tu propio camino también, nunca dejes de escuchar a tu corazón ya que es la voz que siempre te dirá la verdad aunque tus oídos ya no escuchen. Esta espada es tuya y tiene su nombre propio, será una extensión de tu brazo y la voz de tu corazón. Vive, vive hijo mío y no te dejes vencer jamás!'' Luego tomó la espada y la hundió bruscamente en su vientre, con su último aliento de vida acarició suavemente el rostro de su hijo que lo contemplaba atónito, le tomó su pequeña mano y la oprimió junto a la suya en la empuñadura de la espada.

Quiso ser el mejor y dedicó años, meses, días, horas, minutos y segundos enteros a perfeccionar el arte de su propia guerra, una guerra cuyo propósito ya casi había olvidado. Se unió a los enemigos de su antiguo amo, creció y aprendió con ellos el arte de la espada hasta que por fin llegó el momento.

Ese hombre viejo suplicaba de rodillas por su vida, a su alrededor estaban muertos más de diez hombres que lo protegían, esa noche tomaron su fortaleza y su nuevo clan le encargó la misión de acabar con aquel hombre; nadie sabía lo que eso significaba ya que como su padre le pidió olvidó su nombre y su origen.

Había esperado tanto por ese momento, lentamente la hoja de su espada se ocultó en la funda, el anciano sonrió tranquilo, sus súplicas fueron escuchadas. Le había ofrecido mucho dinero por permitirle vivir y traicionar a los suyos. Su voz opaca y sin ninguna emoción habló: ''una vez que quitaste todo y hoy me lo regresas, te lo agradezco'', luego un destello salió de su cintura y se clavó en el pecho del viejo, con lentitud terminó de hundir la espada hasta la empuñadura como si intentara acabar con su alma también y mirándolo muy de cerca a los ojos vio como la vida los abandonaba así como abandonaba también muchos de sus propios recuerdos. Retiró la espada con rapidez y en un mismo movimiento separó la cabeza con el semblante espantado de los hombros antes de que el cuerpo sin vida tocara el suelo.

...gritó otra vez pero solo entonces se permitió llorar, lloró porque ahora servía a otro amo, un amo con mil rostros que le pedía más y más sangre para justificarse y para callar a un alma que solo quería llorar, un alma que había decidido recorrer su propio camino aunque no supiese hacia dónde lo llevaría.

viernes, 10 de octubre de 2008

Oscuridad





Era una noche oscura como pocas, no había estrellas en el cielo y la luna no brillaba. Corría una brisa suave e insípida que no arrastraba ningún olor; el tiempo ya no importaba, es curioso, todas las decisiones toman en cuenta de alguna forma al tiempo y en ese instante quería perder su protagonismo para cerderle ese espacio al vacío.

En su pequeña cabaña el samurai se encontró de repente solo con su pensamiento, un pensamiento traicionero e irracional que gustaba de recurrir al pasado para cuestionar su inestable presente. Solo la tenue y parpadeante luz de una vela rompía aquella oscuridad de recuerdos, develando por instantes el brillo mortal de la espada descubierta que reposaba frente a él. Cuántos ojos habrían visto ese destello antes de cerrarse para siempre en el olvido, cuántas almas encontraron el lugar que tanto buscaba aquel que las desprendió tan bruscamente de la vida detrás de aquel destello.

Una polilla revoloteaba en círculos tórpemente alrededor de la vela alejándose a ratos y acercándose hasta casi tocar la llama otras tantas veces, en semejanza a los recuerdos de un alma confusa, a veces lejanos y casi imperceptibles, otras veces tan cercanos que parece que quieren quemar.

'' Yo no escogí ésta vida, estas voces me enloquecen, me asfixian! Los rostros y esa mirada cuando el alma abandona el cuerpo. No quise ser lo que soy, no quise ser despiadado pero ese bálsamo que me protege de la tristeza me inunda, esa ira que me hace escapar de la realidad me envenena cegando mi vista con esa lluvia roja, esa maldita lluvia roja que cubre mi rostro y oculta mis lágrimas, esa lluvia que precede siempre al mortal destello que opaca por instantes la imagen de tu rostro que me consolaba con esa triste mirada y esa dulce sonrisa. Te recuerdo...''

Aquella alma de cristal encerrada en un cuerpo de hiero por un instante logró ver un rayo de luz que se filtraba por una grieta en esa coraza hecha de recuerdos, se permitió dibujar una leve sonrisa.

La polilla revoloteaba; tomó la espada con firmeza.

Un círculo y se aleja; una lágrima traicionera.

Un círculo y se acerca; la respiración pausada.

Otro círculo y se aleja; el brillo mortal frente a su amo.

''Ya no más recuerdos''

Un círculo y se acerca hasta tocar la luz, la polilla se envuelve en el aceite de la vela y una pequeña llama cae al suelo dejando a la habitación en penumbras...el mortal destello se apagó también.

Un suspiro ahogado en la oscuridad.

''Hoy no será el día en que nos encontremos de nuevo''

jueves, 2 de octubre de 2008

Gracias

Gracias por decir te quiero aunque por dentro no quisieras porque con eso me hiciste creer que era invencible aunque fuera por un instante.

Gracias por darle importancia a aquellos pequeños detalles porque con ello hiciste recuerdos a prueba del tiempo.

Gracias por aquellos segundos en que cruzábamos miradas porque fue en esos instantes cuando tuve mis mejores sueños.

Gracias por tomar mi mano tantas veces porque aunque estés lejos aún puedo sentirte tan cerca.

Gracias por aquellas muchas veces en que compartimos una sonrisa porque... porque... sabes? sonrío muy poco y contigo se me hacía tan fácil.

Gracias por construir conmigo castillos en el aire porque fue en esos castillos en donde me sentí más seguro

Gracias por aquellos pequeños besos a cuenta gotas porque hacían que mi día transcurriera más rápido ilusionado por recibir uno más.

Gracias por ser implacable conmigo, por extinguir todo sueño, por quitarme tus caricias e ignorar mis súplicas. Gracias por ser ese fuego que convirtió en instantes a mis castillos en cenizas, ese fuego que borró toda sonrisa, que destruyó cada momento juntos, que tornó todo al gris pálido de las fotografías viejas. Gracias por ser esa llama que consumió mi cuerpo, que quemó mis manos y aquella mirada tierna.
Gracias; porque sé que de las cenizas humeantes saldré con vida propia, porque tendré la fuerza de construir mi mundo sobre algo más que un sueño que no acabará al despertar.
Pobre ilusa; aquello que tanto buscas era lo que teníamos y lo que nunca valoraste porque lo creías una simpleza...esa simpleza es el amor.

Gracias por ser tú, simplemente tú, no sé que haría yo si no existieras tú.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El maniquí

Crecí escuchando a ese viejo llorón de los discos de acetato de mi mamá, era un cholo con una trompa grandísima y vestido con unos pantalones que seguro le cortaban la circulación a sus testículos y que no dejaban nada a la imaginación. Por alguna extrañeza lo consideraban sexy y a las mujeres de su época les encantaba. Ese viejo era Sandro, un cantante argentino al que nunca le presté importancia hasta que un día entre dormido y despierto escuché una de sus canciones y me quedé asombrado, describía mis sentimientos en ese momento, esa canción era El maniquí.

Me interesé por saber más sobre ese señor y por esos días pasaron un programa en donde salía pero ya viejo, la entrevistadora le preguntaba muchas cosas a las que respondía de una forma que me interesó mucho; no era el viejo payaso que yo creía tenía un gran amor por su madre, añoraba sus años de galán y se burlaba de si mismo por el concepto de antes de galán y sobre todo lamentaba mucho sus años de fumador y la idea de que fumar era de ''machos'', ese vicio de tantos años lo tenía al borde de la muerte.

Aquí está esa canción que me impresionó tanto, ya explico por qué:

EL MANIQUI

Tan solo quedó al fin, el viejo maniquí

donde probabas tú la seda y el chifón

que llamo la atención de todo aquel que vió

tu cuerpo de princesa,y ahora velo ahí,

tirado en un rincón de aquel viejo desván,

guardando la emoción de cosas que no están

y vuelvo a recordar las horas de tibieza

y creo revivir el loco ir y venir

buscando por doquier el viejo maniquí

para poder lograr decorar tu belleza

y yo desde un rincón contemplo tu actuación

tratando conseguir con gran preocupación

algún nuevo color que luego te pondrás

y lucirás coqueta,

las lagrimas empañan la visión

y veo en el rincón del viejo maniquí

a aquella que yo quise.



(Hablado)

Dime tu por que me abandonaste,

o acaso no lograste

las cosas que soñabas,

no viste con que ganas que yo

trabajaba luchando sin descanso

para darte mi abrigo

o acaso, o acaso no entendiste que te amaba,

como te ama un amante, como quiere un amigo,

mas tu creíste que eras reina,

que yo tu esclavo debía darte todo y así

y así te di mi amor y me anulaste,

y te regalé todo, te di mi sangre

mis sentidos mis caricias y tu todo lo tomaste

y me anulaste mas, mas cuando te pedí un poco de amor

tu sin mirar hacia atrás te marchaste ,

devuélveme el amor, dame la vida,

dame la vida que te di dame los sueños

devuelve el corazón aquí a mi pecho

que ya vacío y ya desecho de llorar

se acuerda hoy de ti dame el amor, dame la vida

Esta canción describe lo que es idealizar a una persona, dedicar a ella todos los esfuerzos para agradarle y a pesar de ello no ser correspondido.

A veces uno se engaña tanto creyendo que amar es agradar a alguien, que es anteponer los intereses de esa persona a los propios sin importar el costo aunque sea la sangre misma. Describe el error que se comete cuando uno ayuda a esa persona a surgir apoyándola a toda costa para que en retribución a todo ese esfuerzo esa persona le de una patada en el trasero y lo deje comiendo caca a uno.

No es que esté mal ayudar a la persona con que uno comparte, de hecho creo que es lo natural pero esa ayuda debe ser mutua, uno no debe servir de escalera para que la persona que se ama escale sin estar totalmente seguro de que ese amor es correspondido.

Cuando uno tiene que esforzarse demasiado por conseguir la aprobación de alguien puede empezar a pensar que está ante una situación de no correspondencia y debe analizar próntamente si la mejor elección es retirarse antes de que las pérdidas sean mayores. El ceñirse en la búsqueda de ser correspondido es un gran error, hay que recordar una frase que no se si alguien la dijo primero pero yo la tomo como mía y lección de vida: el amor no se gana por méritos, es un sentimiento espontáneo. Cierto que hay muchas cosas que uno puede hacer por ser merecedor de el amor de alguien pero si de plano no lo quieren a uno no se puede esperar que eso cambie por ser buena gente y estar siempre a la par para todo lo que se le ofrezca.

Todo en la vida tiene un riesgo y cuando uno es soldado y le gusta luchar por las personas que inclusive lo quieren a uno debe de tomar en cuenta la posibilidad de que esa persona alguna vez sufra una transformación como las mariposas y se aleje a pesar de todos los esfuerzos por el sólo hecho de que su nuevo aspecto no concuerda con su vida anterior. Estas situaciones ocurren a veces en parejas donde uno de ellos ayuda al otro a estudiar y a superarse y lo logra con tal suceso que un día la otra persona piensa que su pareja es poca cosa y decide acabar con la relación.

En resumen, en la vida no hay que ser egoísta, hay que entregarse, sacrificarse y esforzarse por la persona que uno quiere pero siempre exigiendo lo mismo para uno. No hay que creer que al ser uno juzgado le van a agradecer lo buena gente y lo especial que fué, eso no necesariamente le asegura el amor de una persona, es mejor dar con medida y siempre creer que uno es merecedor de las cosas buenas también para que si por alguna razón las cosas no funcionan no vaya a sentir uno que queda en la calle, sin nada y con un sentimiento de que perdió un tiempo que nadie se lo va a devolver.

Como que lo he vivido, verdad?



miércoles, 24 de septiembre de 2008

No soy yo

Como envidio tu maldita indiferencia que no dependes del calor de otro cuerpo, que no consumes tus pensamientos en un alma ajena, que no tienes que compartir tu felicidad ya que es solo tuya como tus sueños sin importar si estoy o no en ellos.

Qué no he hecho para agradarte? destinando tanto de mi tiempo en descifrar tus anhelos, dándole vida a detalles que te hagan pensar en mi tanto como yo pienso en ti, trato de comprender cómo lo logras, cómo haces para estar tan presente en mi mente, cuál es tu secreto para aferrarme tan fuerte sin hacer el más mínimo esfuerzo, definitivamente hay algo que no comprendo ya que la ilusión no se despierta con detalles como yo creía o quizás yo soy el que les da demasiada importancia y me enamoro de cosas tan insignificantes como una gota que se evapora sobre una piedra.

Me da miedo pensar que estoy tan equivocado, que hay algo tan irracional que contrarresta la lógica común y que hace que los más grandes esfuerzos sean tan vanos como tomar un suspiro entre los dedos, no quiero creer que he estado tan equivocado con mi forma de ver el mundo o con mi forma de verte...no se, de las dos formas pierdo, de las dos formas pierdo algo muy grande que existía dentro de mi. Siento que soy cada vez menos humano, que pierdo y cada vez menos extraño a aquel corazón lleno de ilusiones del que estaba orgulloso pero que estaba tan equivocado.

Maldita indiferencia que me ha quitado la paz, que me ha hecho cuestionar las cosas que ya daba por entendidas y que me ha obligado a tratar de ser quien no soy buscando ilusiones en otras personas, haciéndome presa tan fácil del engaño por la necesidad de demostrarme que no he estado tan equivocado ya que insisto en los detalles y en hacerme sentir más que lo que me puedo hacer notar. A veces pienso qué es un beso de papel, un sueño con flores compartido, una ilusión y una promesa de que en un futuro cercano un tal vez será algo más que un quizás; serán acaso sólo los señuelos de alguien que encontré mientras buscaba una respuesta , de alguien que me vio perdido y ansioso de creer en fantasías, será acaso que fui solo un juguete de alguien que repentinamente se cansó de jugar y continuó con su vida?

Cuando trato de bailar al son de otra tonada me siento torpe e incómodo, no soy yo el que trata de ser frío, no soy yo el que desconfía y piensa en que la conveniencia es la mejor elección, no soy yo el que ve la vida sin ilusión y con sentido práctico. No quiero ser el que guarde silencio cuando tenga que decir lo que siento sólo por no mostrar que tengo demasiado interés.

Definitivamente no soy yo el que acepta que las cosas se han acabado aunque así tenga que ser.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Olvidar

Curioso, no podía recordar a que se debía ese terrible enojo, qué combustible alimentaba esa temible hoguera que ardía sin control devorando todo lo que se encontraba en su camino.
Furia, cada vez que blandía su espada destruyendo a cualquier enemigo que se ponía a su paso, parecía ser el alimento de aquella fiera, no había quien no temiera su luz, no había ojos que contemplaran aquel destello y vivieran para ver el día de nuevo.
Recuerdos, recuerdos...
El entrenamiento era duro y mis manos sangraban, para qué tantas horas de disciplina y de movimientos repetitivos? siempre lo mismo, llegaba la tarde y nada nuevo sucedía. Limpiaba mi espada por la noche imaginando su poder, la espada de mis antepasados, tanto poder relegado a un instrumento de práctica, nunca seríamos llamados a luchar.
Esperaba con ansia un combate de verdad hasta que llegó aquel triste día, no fue un momento de gloria ni una lucha por una causa heróica. Todo inició por una pequeña discusión, se levantaron las voces y de pronto una espada brilló, ya no había marcha atrás, eran dos bandos, mi mano temblaba descansando nerviosamente en la empuñadura de la espada, nadie hacía un solo movimiento, silencio.
Trataba de recordar mis lecciones pero estaba en pánico, todo era confuso y la espada se sentía pesada, no podía recordar la técnica básica para desenvainar, no recordaba cuál pie debía tener al frente, no quería estar ahí. Mi corazón latía muy rápido, era muy joven aún, hasta ese momento pensé que no era mi hora, que debía seguir entrenando y jugando con mis amigos pero ya era demasiado tarde.
Repentinamente el hombre que estaba frente a mi dió un paso al frente y rompió el silencio con un grito, desenvainó mientras corría. El miedo se extinguió en ese mismo instante, sangre y de nuevo silencio en tan solo un paso, todos hacían una reverencia mientras se retiraban caminando hacia atrás con la cabeza baja, mis amigos se agruparon detrás de mi y se fueron retirando lentamente hasta que me quedé solo con aquel cuerpo en dos partes sin vida.
Estaba cubierto de sangre y mi espada en su vaina, se que salió por lo que veía pero no supe como regresó, lo cierto es que ya todo estaba hecho, un corte limpio cruzando el torso y dos partes. Todo estaba bien hasta que rompí a llorar, todo mi cuerpo temblaba y sentí ganas de vomitar, tenía miedo a pesar de haber triunfado en un sólo instante.
Una voz a mis espaldas, cálida y comprensiva me dijo: el secreto está en no recordar su rostro. Mi sensei me reconfortaba, sabía que no estaba listo para aquello pero ya no había marcha atrás, no te he enseñado a olvidar -dijo mientras me palmeaba la espalda-
Eso pasó hace ya muchos años y la mirada vacía de aquel temido guerrero ocultaba aquella lección nunca aprendida, tantos rostros asfixiaban su sueño, tantos destellos y tanta lluvia roja.
Olvidó, a cambio, el miedo a la muerte y con ello su deseo por vivir, cambió su tristeza por furia pero ya casi no había con quién pelar...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Tu sonrisa

Tu sonrisa

Llueve, llueve sin cesar mientras tu imagen se pierde detrás de esa cortina gris. Te observo...

En mi corazón sigue lloviendo por las tardes grises del pasado, por las fotografías ya borrosas de los tiempos moribundos, por el recuerdo de los días cálidos al lado tuyo cuando las tardes eran de tonos amarillos y transcurrían a prisa entre susurros y sonrisas al oído esperando a la noche para que entre tonos azules recorrerte con caricias siempre al son de aquel juego de quien quiere y no quiere.

Tú decías no, yo, como siempre si...pero al final siempre era lo mismo: una sonrisa la respuesta al descubrirte a mi lado entre tonos rojos y violetas de mi mente intoxicada por el vino, por los besos, por caricias y respuestas a preguntas antes hechas, respuestas que dejaban más bruma que claro pero respuestas al fin aunque no recuerde ni siquiera la pregunta pero era justo lo que necesitaba escuchar de ti para entregarte más de mi.

Pálido despertar junto a tu piel, todo había terminado ya, mañana sería otro día, otra conquista sin saber aún tantas respuestas, debería decir no aún cuando mi corazón decía si? debería ser fuerte aún cuando insistes en hacerme sentir frágil? No se, lo cierto es que en la noche te dibujaba con los tonos oscuros de mis sueños hasta que poco a poco ibas volviéndote invisible, hasta que poco a poco ibas desapareciendo.

Claridad, blanco...quiero verte de nuevo, quiero saber que no fue un sueño, quiero intoxicarme de nuevo con aquellos colores, quiero decirte tantas cosas al oído, quiero sentir la ilusión de aquellas tardes amarillas cuando el tiempo pasaba a prisa, quiero sentir el azul, el rojo y el violeta.

Pero gris, ese color detrás de ti, esa lluvia y ese gris.

Ya no estás más junto a mi.

Tu sonrisa... tu sonrisa y ese terrible gris...

lunes, 8 de septiembre de 2008

Dama de las mariposas

Dama de las mariposas

Quisiera decirte tantas cosas, tantas palabras cruzan mi mente cuando te observo, cuando te escucho hablar o reír que a veces solo me atrevo a mirar tus preciosos ojos que me hechizan y me ponen a soñar con las estrellas.

Tu presencia basta para iluminar todo a mi alrededor, mi dama de las mariposas tu dejas en mi el aroma de las flores del campo y el suave calor de la brisa de verano.

La caricia de tus besos le da vida a mi alma y aunque la mayor parte del tiempo solo te contemplo a través de un cristal, sin poder sentir la dulzura de tu aroma ni la suavidad de tu piel, mi mente recuerda cada momento precioso a tu lado aunque no pueda recrear la belleza de tu rostro. No sabes lo difícil que es para mi pretender que no te amo, fingir que no deseo tenerte entre mis brazos, no sabes que a veces me resulta imposible contenerme para no besarte, solo puedo conformarme con mirar tus profundos ojos que me dicen lo grande que es tu corazón y lo bella que es tu alma, solo puedo observarte y desear con todas mis fuerzas que algún día seas mía, mi dama de las mariposas.





Ikannus 2000

viernes, 5 de septiembre de 2008

Ilusión

Ilusión, qué tonto... Ilusión es todo aquello que nos hace pensar muchas cosas del futuro, nos hace pensar en muchas cosas que no son ciertas o nos hace agrandar cosas que son poco pero anhelamos que sean más.
Ilusión es el arma perfecta de quien quiere hacer daño, debilita al oponente haciéndolo abrir el corazón mostrando sus virtudes y defectos, fortalezas y debilidades. Lo hace crédulo ante las mentiras, vulnerable al miedo, lento a la cólera y ciego, si, ciego...
La ilusión nos hace impermeables a la verdad, tanto así que podemos estar ante lo más ruin en nuestra contra que le buscamos la explicación más irracional para justificar y salvar el sueño, nos aguantamos el trago más amargo con tal de disfrutar de las mieles que despierta la ilusión.
La ilusión le quita el gris a la vida dándole el color de nuevos sueños, rompe la monotonía de una vida con metas ya logradas o derrotas ya aceptadas. La ilusión da hambre de vivir para ver esas nuevas obras levantadas, nos hace silbar o tararear una canción cuando estamos a solas pensando, nos pone una sonrisa estúpida en el rostro cuando nos dicen lo que nos gusta y nos despierta vulnerabilidad, qué es más tierno que alguien vulnerable?
Creo que muchos de los logros de nuestra vida actual no fueron construidos sobre una ilusión, fueron producto más bien de una oportunidad aprovechada que fue mostrando sus dones poco a poco y sin darse cuenta, muchos logros fueron construidos en épocas grises cuando el secreto era no esperar nada a cambio. Cuesta aceptarlo pero parece ser más efectiva la vida del que calcula que la del que se ilusiona.
Parece existir algo en común entre la ilusión y el uso de ciertas drogas que consumen el cuerpo: nos dan la dosis necesaria en el momento preciso para soportar el peso de lo que no podemos afrontar sin ayuda, nos ayudan a transfigurar la realidad para hacerla más tolerable pero al final siempre terminamos peor de como comenzamos.
No se si me estaré volviendo amargado o vacío pero ya cada vez con más frecuencia digo: jódete ilusión.


Pd. ni yo me lo creo ja ja ja.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tarde gris

La lluvia caía sin cesar, todo hasta donde la vista alcanzaba era de un color gris pálido con formas muy definidas de cerca y siluetas difusas en la parte más lejana.
Ese gris tocaba también sus recuerdos, no tenían color ni matices, eran muy definidos los cercanos, difusos y oscuros los lejanos.
Su mirada se perdía en el horizonte como si tratara de atravesar esa cortina de miles de gotas, su mente viajaba lejos de ahí, lejos en uno de esos grises y difusos recuerdos.
Era todavía un niño cuando jugaba en aquellos bosques de bambú, corría agitando una vara luchando contra enemigos imaginarios, soñaba con empuñar algún día aquella espada gloriosa, aquella que tenía un cuarto y pedestal propios en la casa, la misma espada que al estar al cinto de mi padre hacía que la gente se apartara a en su camino y se inclinara haciendo reverencia.
Era poderoso con mi espada imaginaria, nunca había visto a la real luchar pero se hablaba del respeto que infundía. No se me permitía tocarla pero si admirarla, pero aquella pequeña vara de bambú funcionaba para darle cuerpo a aquel sueño.
Estaba ya muy lejos de mi hogar a pesar de las advertencias de mi madre, se vivían tiempos convulsos y de mucha violencia, el antiguo amo recién había muerto a manos de sus enemigos y todo era caos, los bandidos acechaban y los clanes peleaban entre si. Ella nos prohibía alejarnos pero no hice caso, la tarde estaba oscura y fría, parecía que iba a llover, decidí volver al camino y regresar a casa, tomé por un trillo entre el bambú y de pronto vi una pequeña caravana, eran dos mujeres un niño y un viejo que se dirigían al pueblo, extendí la mano agitándola y justo cuando iba a gritar para que se detuvieran y caminar junto a ellos tres hombres aparecieron frente a ellos, sin decir nada uno de ellos atacó al viejo, su cuerpo tocó el suelo al tiempo que las mujeres y el niño gritaban. Era terrible! quedé paralizado al ver aquello, la sangre corría y de pronto todo era silencio, cuatro cuerpos tendidos en el suelo mientras los hombres reían y tomaban sus cosas, eran bandidos de los muchos que acechaban por los caminos buscando a los viajeros que huían de los lugares de lucha, eran presa fácil ya que sus hombres estaban luchando o ya estaban muertos.
El tiempo se detuvo y solo escuchaba el latido de mi corazón, era fuerte y sin control, rompía aquel silencio, quería que se callara, ellos lo estaban escuchando y no podía moverme, de repente una enorme centella rompió el cielo y el silencio, traté de alejarme despacio y sin hacer ruido pero como en las pesadillas mi cuerpo no respondía y aquel fuerte palpitar me delataba, sabía que no lo podían escuchar pero yo sentía que si, que atraía su atención como aquel relámpago. Traté de tranquilizarme y di una paso atrás, una rama se rompió bajo mis pies y aquellos terribles ojos se clavaron en mi cuerpo, uno de ellos me vió y comenzó a correr, su espada relucía debajo de las primeras gotas de una lluvia que comenzaba a caer, yo corrí para salvar mi vida. Las ramas rasgaban mi ropa y mi piel mientras sus pasos se escuchaban más y más cerca, por mi mente pasaban las advertencias de mi madre como si escuchara su voz que se interrumpía por aquellos terribles relámpagos, su voz era tierna como haciendo una plegaria, su voz se despedía de mi y se hundía en el vacío mientras aquella dura mano me tomaba por el cuello y aquellos ojos fieros se clavaban en los míos.
Empezó a llover y un fuerte golpe hizo impacto en mi cabeza como un rayo, seco, ensordecedor y paralizante, mi cuerpo cayó al suelo inmóvil pero con la mirada fija en la luz de aquella espada que se desenvainaba frente a mi, ya no correría más por aquellos bosques de bambú, ya no habrían más sonidos, todo era silencio y ocurría muy despacio. Nunca entendería el significado de la reverencia ante aquella espada, otro estruendo y luz, aquellos ojos fieros se precipitaban al suelo tornándose vacíos y espantados, atrás, los otros dos hombres con sus espadas levantadas en actitud ofensiva, otro destello y sus cuerpos caían al suelo pesadamente detrás de la luz de una espada, todo había terminado y aún no sabía si estaba muerto sólo puede apartar con espanto la mirada vacía de aquella cabeza que yacía a mis pies. Frente a mi estaba mi padre, con su ceño fruncido y aquella mirada dura pero a la vez tranquila, me arrodillé rápidamente haciendo una reverencia, ya podía comprender que significado tenía, en su mano brillaba una centella que escurría agua y sangre...
Agua y sangre, agua y sangre que se mezclaban frente a mi formando charcos oscuros aquella lluviosa tarde sin centellas, años después, una lluvia con recuerdos grises de tiempos pasados, una tarde en que la misma centella volvió a brillar dejando silencio pero ya sin nadie para hacer una reverencia.

jueves, 28 de agosto de 2008

Te extraño

Que no te supe comprender?, lo acepto. A veces hablas de una forma que no entiendo, conozco tu voz y la escucho aún cuando callas, aún cuando no dices nada, aún cuando estás quieta en aquel retrato con tu leve sonrisa y tus labios tersos. Te recuerdo, te recuerdo tanto...
No se cómo no pude escucharte, cómo no pude entenderte si mi mundo es escuchar y dar consejo, compréndeme tu a mi, comprende que soy ingenuo a veces y que creo que el mundo es bueno, comprende que a veces no escucho, no porque no me importe lo que dices sino porque estoy distraído, porque a veces sueño tanto con el futuro que olvido vivir el presente, comprende que estoy distraído porque a veces dejo a mi cuerpo solo mientras mi mente está buscando en su baúl los colores y formas para dibujar un nuevo sueño.
Me haces falta, tanta falta, extraño aquellos momentos en que no decíamos nada. Mis manos sobre tus hombros y tu mirada perdida al frente, dulce silencio en el que tanto hablamos, sabías que te esperaba siempre con una sorpresa, un pequeño detalle que dejara una huella, sabías que te quería, sabías cuánto me gustaba acariciar tu cuerpo y cuánto esperaba para preguntarte cómo estuvo tu día, sabías cuánto esperaba por un beso por la forma en que te rodeaba con mis brazos, sabías cuánto temía ese final por mi silencio...
Maldito silencio, fuí un cobarde y lo acepto! un cobarde por temer al final sin terminar de disfrutar del primer beso, no te garantizo que hubiese funcionado pero pude ser más cálido, más seguro, pude haber bajado uno de esos sueños y convertirlo en almohada para que pusieras tu cabeza mientras yo tomaba tu mano y que así poco a poco fueras cerrando los ojos para vivir ese sueño.
Te extraño, extraño el color de tu sonrisa y el aroma de tus besos.
Te extraño, extraño la fuerza que me dabas cuando me hacías sentir débil.
Extraño tus manos, lo primero que conocí de ti, extraño como se unía tu mano a la mía a veces suavemente como si nos saludáramos después de mucho tiempo y quisiéramos decirnos muchas cosas, otras veces con fuerza y sin decir nada, qué más explícito que el encuentro de dos manos que de alguna forma se extrañan?
Extraño tu cuello y su fresco aroma, extraño recorrerlo con mis manos, con mis labios...que lindo se veía en él aquel collar de perlas escondido a medias entre tus traviesos cabellos.
Traté de ser más grande que tus recuerdos cubriendo con mi presencia todo el espacio posible, sentí miedo de no poder hacer el mío propio, creo que no confié en ti ni en mi sueño.
Para qué soñar si no se tiene el valor de abrir los ojos nunca?
Para qué llorar con unos ojos ciegos?
Para qué existen tantos recuerdos si lo único que quiero es estar a tu lado?
Para qué decirte que te extraño si ya no me escuchas?
Te has ido pero continúas cerca, te has ido pero aún percibo tu aroma.
Te has ido pero al despertar mi mano aún sueña con sostener la tuya.
Dame una razón y no una elección porque trato de ser fuerte pero mi corazón a veces no sabe más que hacer entre tanto caos y ausencia.
Te extraño...

miércoles, 27 de agosto de 2008

Ira

Un corte rápido, violento y luego todo es luz...
Detrás de ese destello que irrumpe el espacio aquel sonido opaco que inunda el campo de batalla se repite sin cesar. El éxtasis de cumplir una venganza, de apagar un corazón, la ira que sin piedad descarga su golpe frío y seco. No hay piedad ante la súplica ni las lágrimas del enemigo postrado, solo aquellos despiadados relámpagos que apagan sus voces.
Por qué lucho?, no lo se, sólo recibí la orden de hacerlo, tomé mi armadura y como siempre la pulí en aquel ritual de tantas veces, en su superficie abundan las muescas dejadas por otras tantas batallas que se esconden debajo del lustre de la cera y a la vez muchas cicatrices en mi cuerpo ocultas bajo aquella armadura. Mi casco...una máscara con una fiera expresión dirigida a infundir el máximo terror al contrincante, una máscara que oculta un rostro lleno de temor a veces, otras pánico y otras...otras nada, cada vez era más frecuente no ocultar nada.
Mi espada, la herencia de mis ancestros, el honor de mi familia plasmada en un mítico trozo de metal moldeado para lograr el corte perfecto, un instrumento hecho para imponer mi verdad, la verdad de generaciones, heredado desde el puño mismo de mi padre moribundo, nunca voy a olvidar sus palabras: ''llévala con honor hijo mio y sirve con orgullo'', yo sólo asentí con la cabeza y mi mano ocupó lentamente la empuñadura que aquella fuerte mano abandonaba, no hubo lágrimas...
Un relámpago, la sangre empaña mi vista, su olor a óxido y la sensación tibia al correr por el rostro me hace percibirla como algo ajeno a mi, no es mi sangre no es mi dolor, ya no siento dolor, donde está mi humanidad? oculta detrás de un ideal de honor?
Qué es el honor? se me enseñó a que era el máximo ideal de mi estirpe, se vive y se muere por él. El honor es aquello que me identifica como hombre pero por qué siento temor a morir si lo hago por mi honor o será acaso que no lo hago por el mío propio sino más bien por el capricho de gente que ni conozco, mi padre nunca me habló de ello, era mi honor el que debía defender o el honor de otros? Al fin y al cabo ya no siento miedo, sólo espero a que nadie más se mueva, espero a que todo quede en silencio, espero a que todo se acabe.
Otro relámpago, era un rostro conocido. Alguna vez fuimos amigos pero servimos a un amo distinto, conocía sus alegrías, sus anhelos, sus temores. Alguna vez me tendió su mano amiga y compartimos una sonrisa, alguna vez supe su nombre pero creo que ya no lo recuerdo, ya no recuerdo nada más que la imagen de su cuerpo inerte golpeando bruscamente el suelo, separé su cabeza de sus sueños sin dibujar una solo mueca en mi rostro.
Ira!, maldita ira que aún me tiene con vida!
No vivo por el honor de mi padre, por el legado de mi espada, por servir a mi amo. Vivo por esa ira que inunda mi cuerpo, que me hace rugir como una fiera sedienta de sangre, ya no vivo por mi ni por mis sueños, ya no puedo soñar, ya no puedo reír, ya no puedo recordar el nombre de aquellos que fueron amigos.
Otro relámpago y una voz que se apaga, creo que decía: ''estoy vencido, estoy vencido'', no estoy seguro, ya no podía escuchar. El grito de mi alma me ensordecía clamando por sangre para apagar mi tristeza. Cuando perdí mi humanidad?
Me aferro a esos pequeños recuerdos de la época en que fui feliz, las ramas del cerezo en flor, la lluvia cayendo sobre mi rostro fría y sin olor, tu sonrisa y aquellas cálidas caricias, tu último beso...pero basta!
Es hora de desatar la ira, que sigan cayendo los relámpagos y luego ese frío silencio, es hora de que siga cayendo esa tibia lluvia roja.

martes, 26 de agosto de 2008

Quiero contarte

Ha pasado ya algún tiempo desde aquel último beso, desde aquella última caricia y aquella mirada tierna en tus ojos.
No sabía exactamente qué decirte ya que quería condensar todo en pocas palabras no trilladas, palabras que cambiaran en un instante el mundo entero y que te hicieran pensar que yo era el amor de tu vida, palabras que te hicieran decir: yo también siento lo mismo, acepto a tu corazón como al mío propio, creo en ti, quiero conservar éste momento congelado en el tiempo y que sea inmune a los enojos, decepciones y malos entendidos.
Dudé por un instante, respiré profundo y te dije ''te quiero''...esa trillada palabra que cada vez tenía menos sentido, esa palabra que colma las bocas de quienes no saben que decir cuando lo más sencillo sería aceptar y creer la verdad que grita el corazón aunque de la boca no brote ni un solo susurro.
Me quedé una vez más pensando, una vez más pensando...
Mi mundo, tan cerca del tuyo, tanto en común pero tan pocas formas de demostrarlo.
Tu mundo, cerca del mío pero otro mundo al fin y al cabo, un mundo que no tengo idea como funciona, qué le preocupa, qué le interesa...tengo pistas sobre esas cosas pero ciertamente no lo se.
Es por ésto que quiero contarte:
Desde que mi mundo y el tuyo se acercaron sentí una atracción extraña, me hacías reír aún cuando estaba solo, me hacías esperar al siguiente día para verte aunque fuera un instante para tener aquellas tontas discusiones que no llevaban a nada, me hacías pensar que muchas cosas eran distintas a como hasta entonces las percibía, me hiciste creer en cosas que para mi antes eran solo fantasías, me hiciste desearte y despertar pensado en ti. Podía recordar tu aroma y la sensación de tu piel tocando la mía, llegaste a ser mía sin serlo con solo el conjunto de situaciones que recreaban esa realidad llegué a poseer tu imagen en mi mente hasta que ocurrió.
Uno se esos días aquellos abrazos y caricias tan comunes entre amigos que son más que amigos convergieron en un beso casi accidental que resumió todo aquel tiempo de incertidumbre en un sentimiento profundo y claro: creo que llegué a amarte.
Aquella oportunidad había sido esperada por mucho tiempo pero siempre lo toma por sorpresa a uno, de pronto todo aquello que fluía con naturalidad se volvía un caos por lograr sostener algo que antes se sostenía solo, en resumen: no funcionó, no entendía como es que no podía llegar al entendimiento con alguien que conocía tan bien.
Dejamos de ser amigos y guardamos silencio por mucho tiempo, seguíamos estando cerca pero muy lejos también y después del enojo por muchas cosas que pasaron me quedó siempre la duda sobre las cosas que conducen al fracaso, creo que no logré demostrar mi valor verdadero.
Quiero contarte que quise ser mejor, que quise comprenderte y protegerte, que quise ser más grande que tus recuerdos, que quise demostrarte mi verdadero valor pero que no pude, no pude entender cuál era la esencia de aquello que me hacía tan feliz la esencia de aquello que me atrae a ti como la luz a una polilla. Quiero pensar que no estoy loco y que lo que pienso no son las excusas de quien no tiene una razón lógica para actuar, las razones del que no tiene la razón, del que juzgan como tonto, obsesivo e inmaduro. Quier contarte que lo que siento es real pero la verdad es que no se lo que siento.
Tiempo después nos encontramos, cada uno con nuevas heridas. Creí que ésta sería la oportunidad de demostrar mi valía, abrí mi corazón diciendo: éste es quien soy, con aciertos y errores, este es mi corazón que ama y no teme a ser herido, el corazón que se entrega sumiso aún cuando sobre él penda una espada. Las cosas caminaron de nuevo...creí que la entendía como ella a mi pero de nuevo el caos regresó. La derrota se sentía galopar como mil caballos juntos que corrían hacia mi, no supe que hacer de nuevo. De pronto esos dulces sueños se fueron transformando en pesadillas, habíamos soñado tantas cosas y no se como se esfumaron de pronto.
Trato de ser fuerte, tu me enseñaste a ser fuerte!, trato de transformar mi tristeza en ira, mis lágrimas en rechinar de dientes , mis recuerdos en fuego que alimenta un enojo que me embriaga para no sentir el dolor de verte lejos de mi, trato de cambiar, trato de no ser quien soy.
Pero entre más trato menos lo logro y mas perdido me siento pero poco a poco he aprendido a distinguir que en esos momentos de locura una luz siempre entra por la ventana, una luz que da pistas sobre lo verdadero y sobre lo que casi siempre ignoramos.
Quiero contarte que he ignorado los detalles, los mismos que me atrajeron a ti, aquellos detalles que nos hacían pasar horas juntos sin discutir, sin preocuparnos por el mañana, aquellos detalles que me salvaban de pretender ser lo que no soy, aquellos detalles que hacían la vida tan fácil, aquellos que me hacían fuerte porque son los que me hacen ser natural y confiado. Tus detalles como una simple sonrisa, un beso de papel, una simple pregunta, una tenue mordida en mi hombro o una mirada a los ojos.
Quiero contarte que te extraño mucho...


Ikannus
2008

lunes, 25 de agosto de 2008

El sueño de las alas

El sueño de las alas

La libertad; sueño de un día de esperanza; esperanza sueño de un día de libertad.

Buscando en lo profundo del cielo tratando de ver figuras en las nubes, lo que sueñas es con tener alas y poder volar hacia ellas, cuanto quisieras, cuanto… pero el cuerpo es tan pesado; por que no se puede respirar el aire mas cerca del techo?

La profundidad del azul llama, llama con fuerza, el deseo es el mismo, solo cambia de cara y de figura, no importa en que momento ni que alma lo guarde, el sentimiento es igual pero con una puerta distinta.

Soñando con ser libre fueron creciendo las alas, con la esperanza que alimenta esos sueños fue creciendo el deseo de alcanzar al sol que se levanta sobre el horizonte.

¡Libertad! El sentimiento más fuerte e impredecible, que hace mover montañas sólo para poder ver más lejos, que hace apagar la luz tan solo para ver las estrellas, que hace correr aún sin fuerzas, que hace latir al corazón que esta bajo el hielo, el mismo sentimiento que detiene el paso para buscar un nuevo rumbo; nadie entiende a la libertad, nadie posee a la libertad; nadie sabe exactamente si existe la libertad; solo se siente su cercanía, pero siempre viajando un paso adelante.

Con un destello de luz las alas fueron el regalo otorgado para llegar hasta el lugar en donde habitan los sueños, con el poder de volar donde solo el pensamiento llega, la ilusión, la ilusión da las alas y las ganas de volar, flotar por las nubes hasta acariciar con las manos el inmenso azul del cielo. El aire es tan puro que da vida nueva al espíritu, que hace sentir como si no existiese nada más que un momento de calma, la paz interior es tan plena que da la oportunidad de escuchar los sonidos que guarda el silencio, que da la oportunidad de observar el color de una sonrisa, que da la oportunidad de disfrutar del sabor de un recuerdo…

Pero; el ruido de la vida cotidiana llama con fuerza, despertando del sueño de las alas, la prisa, la indiferencia por los detalles que dan color a la vida y hacen de ella una colección de instantes pequeños, transforma un arco iris en piedra, transforma el agua pura en arena.

La desilusión por la esperanza perdida que mata los sueños, convirtiéndolos en una bruma espesa que nubla el camino, hace de los colores de la vida una mancha gris y difusa, transforma una sonrisa en amargura, transforma el cielo azul y puro en tierra roja y agrietada, el toque de la vida simple y cotidiana que transforma todo a su paso silencia al llamado de la libertad, enfría la calidez natural del corazón humano.

Por qué se olvidan tan pronto los sueños, por que se deja de creer en la luz de un día nuevo, por que se deja de escuchar la música del viento, por que se construye un calabozo en donde antes no existía nada más que el cielo, nadie lo sabe con certeza, pero acaso si no existiese el encierro no dejaríamos de percibir los momentos de verdadera libertad, esos momentos que crean los sueños al tomar cuerpo y forma aunque sea por un solo instante.

Talvez la vida sea solo eso, una suma de pequeños instantes, que pueden o no formar grandes cadenas que hacen que todo lo que pase por nuestro alrededor tenga sus propias luces y colores, que hacen que la vida se llene con el sentido que da la esperanza de hacer que estos instantes sean perpetuos, que hacen vivir un eterno momento: el sueño de las alas…


Ikannus
2003

viernes, 22 de agosto de 2008

Cuando el viento se va

Cuando el viento se va

Ya no hay hojas en los árboles ni vida en sus ramas, no hay ilusión en el día ni descanso por la noche. Cuando el viento se va se lleva la luz consigo, se lleva el amor se lleva la vida.

El tiempo parece detenerse, es igual un minuto a una hora, un día a todo un año, ya no importa que soy ahora o que seré mañana, lo que fue ayer está presente pero no con vida propia, alimenta su existencia con recuerdos que roban poco a poco el sentido de lo real y lo que no lo es.

Ya no se en que creer, ya no se en que confiar; todo es muy confuso ahora que ya no hay amor ni caricias, ahora que no hay noche ni día, pienso en lo que fui, pienso en lo que fueron los demás, no se que pienso, no se si valió la pena luchar por lo que se va con el viento, no se que costo tienen la lealtad, el sacrificio, la confianza, la entrega, la devoción, ¿acaso cuestan la vida?; no lo se.

Sentimientos, sentimientos como el dolor tan fuerte que causa los recuerdos al arder entre las llamas que devoran lentamente todo lo que algún día fue ilusión, acaban con el aire; ¡es tan difícil respirar!, es tan difícil vivir sin ti, creo que no se cómo vivir sin ti.

Perdido en la oscuridad, corriendo desesperado tratando de huir de las voces del pasado, cada palabra, cada sonrisa, cada promesa; de nada sirve tratar de no escuchar, es imposible detener algo que es invisible y que cae como centellas en las tinieblas, no hay manera de evitar lo imposible, todos los caminos llevan al mismo lugar, siempre es la misma figura, la que ahora es extraña, fría y lejana.

El dolor es tan fuerte que es físicamente perceptible, como el frío del acero sobre el pecho recorriendo de arriba abajo, cortando y desgarrando, ocupando el lugar que alguna vez llenaron las caricias y los besos.

Las lágrimas ya no son suficientes, ya no calman el dolor, ya no traen desahogo ni paz, solo brotan como sangre que abandona a un cuerpo moribundo y sin esperanza.

Quiero la libertad de los espíritus del pasado, quiero vivir, quiero respirar aire puro y fresco, quiero despertar sin la desilusión dentro del corazón ocupando lentamente el lugar de mis máximos anhelos, la desilusión que torna el amor en odio. Quisiera despertar un día en paz, sin pensar en lo que pudo ser y no fue, sin pensar en lo que se va con el viento…

Ikannus

2000

Saber esperar

Que difícil es entender que las cosas llegan a su debido tiempo.
Cuántas veces se piensa en algo que se quiere llevar a cabo, se desarrolla un plan completo con un inicio que incluye el conocimiento teórico, una parte intermedia que incluye el desarrollo y una parte final que incluye el resultado que se desea. En fin, una serie de pasos que a nuestro criterio debe contener nuestro plan para que de resultado y, por supuesto, ese resultado nos satisfaga.
Todo en el papel puede parecer correcto e inclusive tener un ingenioso plan para llegar al objetivo pero muy a menudo ocurre algo que cambia totalmente el panorama y se empiezan a notar una serie de fallas que se traen al piso nuestro plan o conducen a un desenlace poco satisfactorio o no esperado, convirtiendo en poco tiempo a una buena idea en una desilusión en el mejor de los casos o en un gran problema.
Este tipo de planes se desarrollan en muchos ámbitos que no sólo incluyen los negocios, pueden ser también a nivel personal pero la causa de la falla parece ser, a mi criterio, la misma: muy a menudo no sabemos esperar.
No todos los fracasos aparecen con los resultados o son notorios desde el inicio, muy a menudo empiezan a gestarse precisamente cuando las cosas están saliendo bien, al igual que con los negocios la codicia desatada por buenos resultados puede echar por tierra muy buenas relaciones personales.
El valor de la estrategia está no sólo en lograr la victoria sino en conservar lo obtenido y saber esperar a que se presente la oportunidad para dar el siguiente paso o simplemente dar tiempo para disfrutar del momento teniendo la calma suficiente para no variar esa estrategia por la emoción de un buen resultado. Ahí está el verdadero sentido de un triunfo, no es sólo ganar una batalla sino la guerra.
Los buenos resultados, sobre todo si se dan muy temprano, pueden ser los causantes de un mal desenlace si no se tiene la madurez o la experiencia para saberlos manejar de forma que sirvan para conducir al resultado esperado o inclusive a un resultado aún mejor que el esperado.
El saber esperar a que las cosas se den a su debido tiempo agrega a una buena estrategia la solidez para que conduzca a una gran victoria, se debe entender que esperar no es sinónimo de quedarse dormido y nunca actuar, saber esperar significa aguardar al momento indicado para dar el siguiente paso, significa saber leer el libreto y comprender cuándo es tiempo de introducir otro factor en la escena.
Algo curioso sobre la estrategia en las relaciones personales y que tiende a diferenciarlas de los negocios es que en éstas relaciones el secreto puede estar en no esperar nada, si, simplemente no tener expectativas muy grandes que puedan cegar con idealismos que no permitan ver con claridad el horizonte, expectativas que a menudo crean una falsa idea sobre una persona y que no permiten ver la verdad tal cual es: no siempre lo que soñamos es lo que nos hará felices y eso se descubre intentando, fracasando y aprendiendo a esperar el momento justo para que las cosas se ocurran.

martes, 19 de agosto de 2008

Un beso de papel

Un beso de papel fue aquel regalo que como tantos otros guardé en mi lugar más secreto, aquel lugar que atesora otros muchos detalles que no quisiera que formaran parte del olvido jamás.
Recuerdo muy bien aquel día, mi tristeza era evidente, se reflejaba en los ojos tan claro como las nubes en el agua. Yo la observaba como muchas veces antes mientras se maquillaba el contorno de los ojos, rápido pero sin prisa y con gran detalle, luego tomó su cajita de sombras eligiendo un color que ya tenía pensado y comenzó a aplicarlo poco a poco hasta que ya había terminado, logró convertir sus ojos cálidos en una versión un poco más fría pero atractiva, le había agregado ese misterio que tanto me hacía dar vueltas la cabeza ya que convertía algo que yo creía conocer en algo con su misma forma pero con un alma diferente, un alma que no entendía pero que aseguraba conocer.
Luego buscó en su bolsito otra de aquellas cosas desconocidas para la mayoría de los hombres y comenzó a maquillarse el resto de la cara, lo hacía con aquel detalle que yo adoraba, prestando atención a cada trazo como lo hacía en tantas otras cosas, la forma en que arreglaba las flores, como ordenaba las cosas sobre la mesa, en fin, todas esas cosas que me hacían ver lo que otros no veían -o al menos eso creía yo- aquellas cosas que parecen estar dibujadas en la mente antes de ser hechas realidad.
Mientras hacía todo eso, para mis adentros pensaba en lo poco que la conocía a pesar del tiempo de estar junto a ella. Tanto que creía saber sobre esa mujer que estaba frente a mi pero en realidad no era así.
Después de terminar con el maquillaje, se hizo una cola y la obra de arte estaba casi lista, sólo le faltaba aquel detalle que le daría el nombre al comienzo de un relato que buscaba conocer algo dentro de mi que me permitiría comprender algo que estaba afuera, algo que para mi es un misterio y que apenas hoy he tenido una pista de lo que es. Creo que no es el miedo mismo, la falta de confianza o no se que montón de cosas he creído que pueden ser...creo que tiene algo que ver con no saber escuchar y de no prestar atención a los detalles mismos que digo adorar.
Como punto final le dio otro color a sus labios, un color que no era el suyo, el que la hacía sentir cómoda, se miró al espejo y dijo: verdad que no? yo asentí con la cabeza pero con mi boca dije que se veía diferente, aún cuando la he observado tantas veces que podría haber escogido el correcto en un instante...no se escuchar, no se escuchar ni a mi corazón. Luego tomó un trozo de servilleta y se limpió los labios dejando su forma dibujada claramente, como si escuchara mis pensamientos se detuvo y dijo: no, ni piense que le voy a dar esta servilleta, yo sonreí levemente al verme descubierto y desistí de mi intento no hecho, luego ella se puso su color habitual y listo!.Me levante para ver el conjunto de detalles completo y sonreí satisfecho luego di media vuelta y me fuí.
Un rato después ella llegó donde yo estaba y sin decir palabra me entregó un papel doblado en varias partes, lo desdoblé sabiendo que era aquel beso de papel, un beso con la forma de sus labios, yo lo guardé sin comprender en realidad que era aquello y me dediqué a dejar que mi cara hablara, como siempre...
Nunca he entendido lo que significa vivir el momento, pero creo que en aquel instante debí sonreír por aquel regalo, sentirme seguro por su significado y demostrar lo inmensamente feliz que era por poder compartir aquellos minutos de simpleza que le dan sentido a tantos acertijos, pude pensar en los sueños y en que sólo cuando se cree en ellos tienen alguna posibilidad de ver la luz de la realidad algún día pero decidí no hacerlo, decidí dar rienda suelta al temor de perder algo que ni siquiera era mío, algo que sólo pertenecía a mis sueños, decidí darme por derrotado antes de comenzar cualquier batalla.
Me quedé con aquel beso de papel en mis manos mientras ella se despedía con desilusión dibujada en su rostro, me quedé con un trozo de papel con una parte de su imagen impresa en él pero no con su verdadero color, me quedé con una invitación en las manos que decía implícitamente: conóceme, quiero darte esa oportunidad...