jueves, 25 de septiembre de 2008

El maniquí

Crecí escuchando a ese viejo llorón de los discos de acetato de mi mamá, era un cholo con una trompa grandísima y vestido con unos pantalones que seguro le cortaban la circulación a sus testículos y que no dejaban nada a la imaginación. Por alguna extrañeza lo consideraban sexy y a las mujeres de su época les encantaba. Ese viejo era Sandro, un cantante argentino al que nunca le presté importancia hasta que un día entre dormido y despierto escuché una de sus canciones y me quedé asombrado, describía mis sentimientos en ese momento, esa canción era El maniquí.

Me interesé por saber más sobre ese señor y por esos días pasaron un programa en donde salía pero ya viejo, la entrevistadora le preguntaba muchas cosas a las que respondía de una forma que me interesó mucho; no era el viejo payaso que yo creía tenía un gran amor por su madre, añoraba sus años de galán y se burlaba de si mismo por el concepto de antes de galán y sobre todo lamentaba mucho sus años de fumador y la idea de que fumar era de ''machos'', ese vicio de tantos años lo tenía al borde de la muerte.

Aquí está esa canción que me impresionó tanto, ya explico por qué:

EL MANIQUI

Tan solo quedó al fin, el viejo maniquí

donde probabas tú la seda y el chifón

que llamo la atención de todo aquel que vió

tu cuerpo de princesa,y ahora velo ahí,

tirado en un rincón de aquel viejo desván,

guardando la emoción de cosas que no están

y vuelvo a recordar las horas de tibieza

y creo revivir el loco ir y venir

buscando por doquier el viejo maniquí

para poder lograr decorar tu belleza

y yo desde un rincón contemplo tu actuación

tratando conseguir con gran preocupación

algún nuevo color que luego te pondrás

y lucirás coqueta,

las lagrimas empañan la visión

y veo en el rincón del viejo maniquí

a aquella que yo quise.



(Hablado)

Dime tu por que me abandonaste,

o acaso no lograste

las cosas que soñabas,

no viste con que ganas que yo

trabajaba luchando sin descanso

para darte mi abrigo

o acaso, o acaso no entendiste que te amaba,

como te ama un amante, como quiere un amigo,

mas tu creíste que eras reina,

que yo tu esclavo debía darte todo y así

y así te di mi amor y me anulaste,

y te regalé todo, te di mi sangre

mis sentidos mis caricias y tu todo lo tomaste

y me anulaste mas, mas cuando te pedí un poco de amor

tu sin mirar hacia atrás te marchaste ,

devuélveme el amor, dame la vida,

dame la vida que te di dame los sueños

devuelve el corazón aquí a mi pecho

que ya vacío y ya desecho de llorar

se acuerda hoy de ti dame el amor, dame la vida

Esta canción describe lo que es idealizar a una persona, dedicar a ella todos los esfuerzos para agradarle y a pesar de ello no ser correspondido.

A veces uno se engaña tanto creyendo que amar es agradar a alguien, que es anteponer los intereses de esa persona a los propios sin importar el costo aunque sea la sangre misma. Describe el error que se comete cuando uno ayuda a esa persona a surgir apoyándola a toda costa para que en retribución a todo ese esfuerzo esa persona le de una patada en el trasero y lo deje comiendo caca a uno.

No es que esté mal ayudar a la persona con que uno comparte, de hecho creo que es lo natural pero esa ayuda debe ser mutua, uno no debe servir de escalera para que la persona que se ama escale sin estar totalmente seguro de que ese amor es correspondido.

Cuando uno tiene que esforzarse demasiado por conseguir la aprobación de alguien puede empezar a pensar que está ante una situación de no correspondencia y debe analizar próntamente si la mejor elección es retirarse antes de que las pérdidas sean mayores. El ceñirse en la búsqueda de ser correspondido es un gran error, hay que recordar una frase que no se si alguien la dijo primero pero yo la tomo como mía y lección de vida: el amor no se gana por méritos, es un sentimiento espontáneo. Cierto que hay muchas cosas que uno puede hacer por ser merecedor de el amor de alguien pero si de plano no lo quieren a uno no se puede esperar que eso cambie por ser buena gente y estar siempre a la par para todo lo que se le ofrezca.

Todo en la vida tiene un riesgo y cuando uno es soldado y le gusta luchar por las personas que inclusive lo quieren a uno debe de tomar en cuenta la posibilidad de que esa persona alguna vez sufra una transformación como las mariposas y se aleje a pesar de todos los esfuerzos por el sólo hecho de que su nuevo aspecto no concuerda con su vida anterior. Estas situaciones ocurren a veces en parejas donde uno de ellos ayuda al otro a estudiar y a superarse y lo logra con tal suceso que un día la otra persona piensa que su pareja es poca cosa y decide acabar con la relación.

En resumen, en la vida no hay que ser egoísta, hay que entregarse, sacrificarse y esforzarse por la persona que uno quiere pero siempre exigiendo lo mismo para uno. No hay que creer que al ser uno juzgado le van a agradecer lo buena gente y lo especial que fué, eso no necesariamente le asegura el amor de una persona, es mejor dar con medida y siempre creer que uno es merecedor de las cosas buenas también para que si por alguna razón las cosas no funcionan no vaya a sentir uno que queda en la calle, sin nada y con un sentimiento de que perdió un tiempo que nadie se lo va a devolver.

Como que lo he vivido, verdad?



miércoles, 24 de septiembre de 2008

No soy yo

Como envidio tu maldita indiferencia que no dependes del calor de otro cuerpo, que no consumes tus pensamientos en un alma ajena, que no tienes que compartir tu felicidad ya que es solo tuya como tus sueños sin importar si estoy o no en ellos.

Qué no he hecho para agradarte? destinando tanto de mi tiempo en descifrar tus anhelos, dándole vida a detalles que te hagan pensar en mi tanto como yo pienso en ti, trato de comprender cómo lo logras, cómo haces para estar tan presente en mi mente, cuál es tu secreto para aferrarme tan fuerte sin hacer el más mínimo esfuerzo, definitivamente hay algo que no comprendo ya que la ilusión no se despierta con detalles como yo creía o quizás yo soy el que les da demasiada importancia y me enamoro de cosas tan insignificantes como una gota que se evapora sobre una piedra.

Me da miedo pensar que estoy tan equivocado, que hay algo tan irracional que contrarresta la lógica común y que hace que los más grandes esfuerzos sean tan vanos como tomar un suspiro entre los dedos, no quiero creer que he estado tan equivocado con mi forma de ver el mundo o con mi forma de verte...no se, de las dos formas pierdo, de las dos formas pierdo algo muy grande que existía dentro de mi. Siento que soy cada vez menos humano, que pierdo y cada vez menos extraño a aquel corazón lleno de ilusiones del que estaba orgulloso pero que estaba tan equivocado.

Maldita indiferencia que me ha quitado la paz, que me ha hecho cuestionar las cosas que ya daba por entendidas y que me ha obligado a tratar de ser quien no soy buscando ilusiones en otras personas, haciéndome presa tan fácil del engaño por la necesidad de demostrarme que no he estado tan equivocado ya que insisto en los detalles y en hacerme sentir más que lo que me puedo hacer notar. A veces pienso qué es un beso de papel, un sueño con flores compartido, una ilusión y una promesa de que en un futuro cercano un tal vez será algo más que un quizás; serán acaso sólo los señuelos de alguien que encontré mientras buscaba una respuesta , de alguien que me vio perdido y ansioso de creer en fantasías, será acaso que fui solo un juguete de alguien que repentinamente se cansó de jugar y continuó con su vida?

Cuando trato de bailar al son de otra tonada me siento torpe e incómodo, no soy yo el que trata de ser frío, no soy yo el que desconfía y piensa en que la conveniencia es la mejor elección, no soy yo el que ve la vida sin ilusión y con sentido práctico. No quiero ser el que guarde silencio cuando tenga que decir lo que siento sólo por no mostrar que tengo demasiado interés.

Definitivamente no soy yo el que acepta que las cosas se han acabado aunque así tenga que ser.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Olvidar

Curioso, no podía recordar a que se debía ese terrible enojo, qué combustible alimentaba esa temible hoguera que ardía sin control devorando todo lo que se encontraba en su camino.
Furia, cada vez que blandía su espada destruyendo a cualquier enemigo que se ponía a su paso, parecía ser el alimento de aquella fiera, no había quien no temiera su luz, no había ojos que contemplaran aquel destello y vivieran para ver el día de nuevo.
Recuerdos, recuerdos...
El entrenamiento era duro y mis manos sangraban, para qué tantas horas de disciplina y de movimientos repetitivos? siempre lo mismo, llegaba la tarde y nada nuevo sucedía. Limpiaba mi espada por la noche imaginando su poder, la espada de mis antepasados, tanto poder relegado a un instrumento de práctica, nunca seríamos llamados a luchar.
Esperaba con ansia un combate de verdad hasta que llegó aquel triste día, no fue un momento de gloria ni una lucha por una causa heróica. Todo inició por una pequeña discusión, se levantaron las voces y de pronto una espada brilló, ya no había marcha atrás, eran dos bandos, mi mano temblaba descansando nerviosamente en la empuñadura de la espada, nadie hacía un solo movimiento, silencio.
Trataba de recordar mis lecciones pero estaba en pánico, todo era confuso y la espada se sentía pesada, no podía recordar la técnica básica para desenvainar, no recordaba cuál pie debía tener al frente, no quería estar ahí. Mi corazón latía muy rápido, era muy joven aún, hasta ese momento pensé que no era mi hora, que debía seguir entrenando y jugando con mis amigos pero ya era demasiado tarde.
Repentinamente el hombre que estaba frente a mi dió un paso al frente y rompió el silencio con un grito, desenvainó mientras corría. El miedo se extinguió en ese mismo instante, sangre y de nuevo silencio en tan solo un paso, todos hacían una reverencia mientras se retiraban caminando hacia atrás con la cabeza baja, mis amigos se agruparon detrás de mi y se fueron retirando lentamente hasta que me quedé solo con aquel cuerpo en dos partes sin vida.
Estaba cubierto de sangre y mi espada en su vaina, se que salió por lo que veía pero no supe como regresó, lo cierto es que ya todo estaba hecho, un corte limpio cruzando el torso y dos partes. Todo estaba bien hasta que rompí a llorar, todo mi cuerpo temblaba y sentí ganas de vomitar, tenía miedo a pesar de haber triunfado en un sólo instante.
Una voz a mis espaldas, cálida y comprensiva me dijo: el secreto está en no recordar su rostro. Mi sensei me reconfortaba, sabía que no estaba listo para aquello pero ya no había marcha atrás, no te he enseñado a olvidar -dijo mientras me palmeaba la espalda-
Eso pasó hace ya muchos años y la mirada vacía de aquel temido guerrero ocultaba aquella lección nunca aprendida, tantos rostros asfixiaban su sueño, tantos destellos y tanta lluvia roja.
Olvidó, a cambio, el miedo a la muerte y con ello su deseo por vivir, cambió su tristeza por furia pero ya casi no había con quién pelar...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Tu sonrisa

Tu sonrisa

Llueve, llueve sin cesar mientras tu imagen se pierde detrás de esa cortina gris. Te observo...

En mi corazón sigue lloviendo por las tardes grises del pasado, por las fotografías ya borrosas de los tiempos moribundos, por el recuerdo de los días cálidos al lado tuyo cuando las tardes eran de tonos amarillos y transcurrían a prisa entre susurros y sonrisas al oído esperando a la noche para que entre tonos azules recorrerte con caricias siempre al son de aquel juego de quien quiere y no quiere.

Tú decías no, yo, como siempre si...pero al final siempre era lo mismo: una sonrisa la respuesta al descubrirte a mi lado entre tonos rojos y violetas de mi mente intoxicada por el vino, por los besos, por caricias y respuestas a preguntas antes hechas, respuestas que dejaban más bruma que claro pero respuestas al fin aunque no recuerde ni siquiera la pregunta pero era justo lo que necesitaba escuchar de ti para entregarte más de mi.

Pálido despertar junto a tu piel, todo había terminado ya, mañana sería otro día, otra conquista sin saber aún tantas respuestas, debería decir no aún cuando mi corazón decía si? debería ser fuerte aún cuando insistes en hacerme sentir frágil? No se, lo cierto es que en la noche te dibujaba con los tonos oscuros de mis sueños hasta que poco a poco ibas volviéndote invisible, hasta que poco a poco ibas desapareciendo.

Claridad, blanco...quiero verte de nuevo, quiero saber que no fue un sueño, quiero intoxicarme de nuevo con aquellos colores, quiero decirte tantas cosas al oído, quiero sentir la ilusión de aquellas tardes amarillas cuando el tiempo pasaba a prisa, quiero sentir el azul, el rojo y el violeta.

Pero gris, ese color detrás de ti, esa lluvia y ese gris.

Ya no estás más junto a mi.

Tu sonrisa... tu sonrisa y ese terrible gris...

lunes, 8 de septiembre de 2008

Dama de las mariposas

Dama de las mariposas

Quisiera decirte tantas cosas, tantas palabras cruzan mi mente cuando te observo, cuando te escucho hablar o reír que a veces solo me atrevo a mirar tus preciosos ojos que me hechizan y me ponen a soñar con las estrellas.

Tu presencia basta para iluminar todo a mi alrededor, mi dama de las mariposas tu dejas en mi el aroma de las flores del campo y el suave calor de la brisa de verano.

La caricia de tus besos le da vida a mi alma y aunque la mayor parte del tiempo solo te contemplo a través de un cristal, sin poder sentir la dulzura de tu aroma ni la suavidad de tu piel, mi mente recuerda cada momento precioso a tu lado aunque no pueda recrear la belleza de tu rostro. No sabes lo difícil que es para mi pretender que no te amo, fingir que no deseo tenerte entre mis brazos, no sabes que a veces me resulta imposible contenerme para no besarte, solo puedo conformarme con mirar tus profundos ojos que me dicen lo grande que es tu corazón y lo bella que es tu alma, solo puedo observarte y desear con todas mis fuerzas que algún día seas mía, mi dama de las mariposas.





Ikannus 2000

viernes, 5 de septiembre de 2008

Ilusión

Ilusión, qué tonto... Ilusión es todo aquello que nos hace pensar muchas cosas del futuro, nos hace pensar en muchas cosas que no son ciertas o nos hace agrandar cosas que son poco pero anhelamos que sean más.
Ilusión es el arma perfecta de quien quiere hacer daño, debilita al oponente haciéndolo abrir el corazón mostrando sus virtudes y defectos, fortalezas y debilidades. Lo hace crédulo ante las mentiras, vulnerable al miedo, lento a la cólera y ciego, si, ciego...
La ilusión nos hace impermeables a la verdad, tanto así que podemos estar ante lo más ruin en nuestra contra que le buscamos la explicación más irracional para justificar y salvar el sueño, nos aguantamos el trago más amargo con tal de disfrutar de las mieles que despierta la ilusión.
La ilusión le quita el gris a la vida dándole el color de nuevos sueños, rompe la monotonía de una vida con metas ya logradas o derrotas ya aceptadas. La ilusión da hambre de vivir para ver esas nuevas obras levantadas, nos hace silbar o tararear una canción cuando estamos a solas pensando, nos pone una sonrisa estúpida en el rostro cuando nos dicen lo que nos gusta y nos despierta vulnerabilidad, qué es más tierno que alguien vulnerable?
Creo que muchos de los logros de nuestra vida actual no fueron construidos sobre una ilusión, fueron producto más bien de una oportunidad aprovechada que fue mostrando sus dones poco a poco y sin darse cuenta, muchos logros fueron construidos en épocas grises cuando el secreto era no esperar nada a cambio. Cuesta aceptarlo pero parece ser más efectiva la vida del que calcula que la del que se ilusiona.
Parece existir algo en común entre la ilusión y el uso de ciertas drogas que consumen el cuerpo: nos dan la dosis necesaria en el momento preciso para soportar el peso de lo que no podemos afrontar sin ayuda, nos ayudan a transfigurar la realidad para hacerla más tolerable pero al final siempre terminamos peor de como comenzamos.
No se si me estaré volviendo amargado o vacío pero ya cada vez con más frecuencia digo: jódete ilusión.


Pd. ni yo me lo creo ja ja ja.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tarde gris

La lluvia caía sin cesar, todo hasta donde la vista alcanzaba era de un color gris pálido con formas muy definidas de cerca y siluetas difusas en la parte más lejana.
Ese gris tocaba también sus recuerdos, no tenían color ni matices, eran muy definidos los cercanos, difusos y oscuros los lejanos.
Su mirada se perdía en el horizonte como si tratara de atravesar esa cortina de miles de gotas, su mente viajaba lejos de ahí, lejos en uno de esos grises y difusos recuerdos.
Era todavía un niño cuando jugaba en aquellos bosques de bambú, corría agitando una vara luchando contra enemigos imaginarios, soñaba con empuñar algún día aquella espada gloriosa, aquella que tenía un cuarto y pedestal propios en la casa, la misma espada que al estar al cinto de mi padre hacía que la gente se apartara a en su camino y se inclinara haciendo reverencia.
Era poderoso con mi espada imaginaria, nunca había visto a la real luchar pero se hablaba del respeto que infundía. No se me permitía tocarla pero si admirarla, pero aquella pequeña vara de bambú funcionaba para darle cuerpo a aquel sueño.
Estaba ya muy lejos de mi hogar a pesar de las advertencias de mi madre, se vivían tiempos convulsos y de mucha violencia, el antiguo amo recién había muerto a manos de sus enemigos y todo era caos, los bandidos acechaban y los clanes peleaban entre si. Ella nos prohibía alejarnos pero no hice caso, la tarde estaba oscura y fría, parecía que iba a llover, decidí volver al camino y regresar a casa, tomé por un trillo entre el bambú y de pronto vi una pequeña caravana, eran dos mujeres un niño y un viejo que se dirigían al pueblo, extendí la mano agitándola y justo cuando iba a gritar para que se detuvieran y caminar junto a ellos tres hombres aparecieron frente a ellos, sin decir nada uno de ellos atacó al viejo, su cuerpo tocó el suelo al tiempo que las mujeres y el niño gritaban. Era terrible! quedé paralizado al ver aquello, la sangre corría y de pronto todo era silencio, cuatro cuerpos tendidos en el suelo mientras los hombres reían y tomaban sus cosas, eran bandidos de los muchos que acechaban por los caminos buscando a los viajeros que huían de los lugares de lucha, eran presa fácil ya que sus hombres estaban luchando o ya estaban muertos.
El tiempo se detuvo y solo escuchaba el latido de mi corazón, era fuerte y sin control, rompía aquel silencio, quería que se callara, ellos lo estaban escuchando y no podía moverme, de repente una enorme centella rompió el cielo y el silencio, traté de alejarme despacio y sin hacer ruido pero como en las pesadillas mi cuerpo no respondía y aquel fuerte palpitar me delataba, sabía que no lo podían escuchar pero yo sentía que si, que atraía su atención como aquel relámpago. Traté de tranquilizarme y di una paso atrás, una rama se rompió bajo mis pies y aquellos terribles ojos se clavaron en mi cuerpo, uno de ellos me vió y comenzó a correr, su espada relucía debajo de las primeras gotas de una lluvia que comenzaba a caer, yo corrí para salvar mi vida. Las ramas rasgaban mi ropa y mi piel mientras sus pasos se escuchaban más y más cerca, por mi mente pasaban las advertencias de mi madre como si escuchara su voz que se interrumpía por aquellos terribles relámpagos, su voz era tierna como haciendo una plegaria, su voz se despedía de mi y se hundía en el vacío mientras aquella dura mano me tomaba por el cuello y aquellos ojos fieros se clavaban en los míos.
Empezó a llover y un fuerte golpe hizo impacto en mi cabeza como un rayo, seco, ensordecedor y paralizante, mi cuerpo cayó al suelo inmóvil pero con la mirada fija en la luz de aquella espada que se desenvainaba frente a mi, ya no correría más por aquellos bosques de bambú, ya no habrían más sonidos, todo era silencio y ocurría muy despacio. Nunca entendería el significado de la reverencia ante aquella espada, otro estruendo y luz, aquellos ojos fieros se precipitaban al suelo tornándose vacíos y espantados, atrás, los otros dos hombres con sus espadas levantadas en actitud ofensiva, otro destello y sus cuerpos caían al suelo pesadamente detrás de la luz de una espada, todo había terminado y aún no sabía si estaba muerto sólo puede apartar con espanto la mirada vacía de aquella cabeza que yacía a mis pies. Frente a mi estaba mi padre, con su ceño fruncido y aquella mirada dura pero a la vez tranquila, me arrodillé rápidamente haciendo una reverencia, ya podía comprender que significado tenía, en su mano brillaba una centella que escurría agua y sangre...
Agua y sangre, agua y sangre que se mezclaban frente a mi formando charcos oscuros aquella lluviosa tarde sin centellas, años después, una lluvia con recuerdos grises de tiempos pasados, una tarde en que la misma centella volvió a brillar dejando silencio pero ya sin nadie para hacer una reverencia.