jueves, 28 de agosto de 2008

Te extraño

Que no te supe comprender?, lo acepto. A veces hablas de una forma que no entiendo, conozco tu voz y la escucho aún cuando callas, aún cuando no dices nada, aún cuando estás quieta en aquel retrato con tu leve sonrisa y tus labios tersos. Te recuerdo, te recuerdo tanto...
No se cómo no pude escucharte, cómo no pude entenderte si mi mundo es escuchar y dar consejo, compréndeme tu a mi, comprende que soy ingenuo a veces y que creo que el mundo es bueno, comprende que a veces no escucho, no porque no me importe lo que dices sino porque estoy distraído, porque a veces sueño tanto con el futuro que olvido vivir el presente, comprende que estoy distraído porque a veces dejo a mi cuerpo solo mientras mi mente está buscando en su baúl los colores y formas para dibujar un nuevo sueño.
Me haces falta, tanta falta, extraño aquellos momentos en que no decíamos nada. Mis manos sobre tus hombros y tu mirada perdida al frente, dulce silencio en el que tanto hablamos, sabías que te esperaba siempre con una sorpresa, un pequeño detalle que dejara una huella, sabías que te quería, sabías cuánto me gustaba acariciar tu cuerpo y cuánto esperaba para preguntarte cómo estuvo tu día, sabías cuánto esperaba por un beso por la forma en que te rodeaba con mis brazos, sabías cuánto temía ese final por mi silencio...
Maldito silencio, fuí un cobarde y lo acepto! un cobarde por temer al final sin terminar de disfrutar del primer beso, no te garantizo que hubiese funcionado pero pude ser más cálido, más seguro, pude haber bajado uno de esos sueños y convertirlo en almohada para que pusieras tu cabeza mientras yo tomaba tu mano y que así poco a poco fueras cerrando los ojos para vivir ese sueño.
Te extraño, extraño el color de tu sonrisa y el aroma de tus besos.
Te extraño, extraño la fuerza que me dabas cuando me hacías sentir débil.
Extraño tus manos, lo primero que conocí de ti, extraño como se unía tu mano a la mía a veces suavemente como si nos saludáramos después de mucho tiempo y quisiéramos decirnos muchas cosas, otras veces con fuerza y sin decir nada, qué más explícito que el encuentro de dos manos que de alguna forma se extrañan?
Extraño tu cuello y su fresco aroma, extraño recorrerlo con mis manos, con mis labios...que lindo se veía en él aquel collar de perlas escondido a medias entre tus traviesos cabellos.
Traté de ser más grande que tus recuerdos cubriendo con mi presencia todo el espacio posible, sentí miedo de no poder hacer el mío propio, creo que no confié en ti ni en mi sueño.
Para qué soñar si no se tiene el valor de abrir los ojos nunca?
Para qué llorar con unos ojos ciegos?
Para qué existen tantos recuerdos si lo único que quiero es estar a tu lado?
Para qué decirte que te extraño si ya no me escuchas?
Te has ido pero continúas cerca, te has ido pero aún percibo tu aroma.
Te has ido pero al despertar mi mano aún sueña con sostener la tuya.
Dame una razón y no una elección porque trato de ser fuerte pero mi corazón a veces no sabe más que hacer entre tanto caos y ausencia.
Te extraño...

miércoles, 27 de agosto de 2008

Ira

Un corte rápido, violento y luego todo es luz...
Detrás de ese destello que irrumpe el espacio aquel sonido opaco que inunda el campo de batalla se repite sin cesar. El éxtasis de cumplir una venganza, de apagar un corazón, la ira que sin piedad descarga su golpe frío y seco. No hay piedad ante la súplica ni las lágrimas del enemigo postrado, solo aquellos despiadados relámpagos que apagan sus voces.
Por qué lucho?, no lo se, sólo recibí la orden de hacerlo, tomé mi armadura y como siempre la pulí en aquel ritual de tantas veces, en su superficie abundan las muescas dejadas por otras tantas batallas que se esconden debajo del lustre de la cera y a la vez muchas cicatrices en mi cuerpo ocultas bajo aquella armadura. Mi casco...una máscara con una fiera expresión dirigida a infundir el máximo terror al contrincante, una máscara que oculta un rostro lleno de temor a veces, otras pánico y otras...otras nada, cada vez era más frecuente no ocultar nada.
Mi espada, la herencia de mis ancestros, el honor de mi familia plasmada en un mítico trozo de metal moldeado para lograr el corte perfecto, un instrumento hecho para imponer mi verdad, la verdad de generaciones, heredado desde el puño mismo de mi padre moribundo, nunca voy a olvidar sus palabras: ''llévala con honor hijo mio y sirve con orgullo'', yo sólo asentí con la cabeza y mi mano ocupó lentamente la empuñadura que aquella fuerte mano abandonaba, no hubo lágrimas...
Un relámpago, la sangre empaña mi vista, su olor a óxido y la sensación tibia al correr por el rostro me hace percibirla como algo ajeno a mi, no es mi sangre no es mi dolor, ya no siento dolor, donde está mi humanidad? oculta detrás de un ideal de honor?
Qué es el honor? se me enseñó a que era el máximo ideal de mi estirpe, se vive y se muere por él. El honor es aquello que me identifica como hombre pero por qué siento temor a morir si lo hago por mi honor o será acaso que no lo hago por el mío propio sino más bien por el capricho de gente que ni conozco, mi padre nunca me habló de ello, era mi honor el que debía defender o el honor de otros? Al fin y al cabo ya no siento miedo, sólo espero a que nadie más se mueva, espero a que todo quede en silencio, espero a que todo se acabe.
Otro relámpago, era un rostro conocido. Alguna vez fuimos amigos pero servimos a un amo distinto, conocía sus alegrías, sus anhelos, sus temores. Alguna vez me tendió su mano amiga y compartimos una sonrisa, alguna vez supe su nombre pero creo que ya no lo recuerdo, ya no recuerdo nada más que la imagen de su cuerpo inerte golpeando bruscamente el suelo, separé su cabeza de sus sueños sin dibujar una solo mueca en mi rostro.
Ira!, maldita ira que aún me tiene con vida!
No vivo por el honor de mi padre, por el legado de mi espada, por servir a mi amo. Vivo por esa ira que inunda mi cuerpo, que me hace rugir como una fiera sedienta de sangre, ya no vivo por mi ni por mis sueños, ya no puedo soñar, ya no puedo reír, ya no puedo recordar el nombre de aquellos que fueron amigos.
Otro relámpago y una voz que se apaga, creo que decía: ''estoy vencido, estoy vencido'', no estoy seguro, ya no podía escuchar. El grito de mi alma me ensordecía clamando por sangre para apagar mi tristeza. Cuando perdí mi humanidad?
Me aferro a esos pequeños recuerdos de la época en que fui feliz, las ramas del cerezo en flor, la lluvia cayendo sobre mi rostro fría y sin olor, tu sonrisa y aquellas cálidas caricias, tu último beso...pero basta!
Es hora de desatar la ira, que sigan cayendo los relámpagos y luego ese frío silencio, es hora de que siga cayendo esa tibia lluvia roja.

martes, 26 de agosto de 2008

Quiero contarte

Ha pasado ya algún tiempo desde aquel último beso, desde aquella última caricia y aquella mirada tierna en tus ojos.
No sabía exactamente qué decirte ya que quería condensar todo en pocas palabras no trilladas, palabras que cambiaran en un instante el mundo entero y que te hicieran pensar que yo era el amor de tu vida, palabras que te hicieran decir: yo también siento lo mismo, acepto a tu corazón como al mío propio, creo en ti, quiero conservar éste momento congelado en el tiempo y que sea inmune a los enojos, decepciones y malos entendidos.
Dudé por un instante, respiré profundo y te dije ''te quiero''...esa trillada palabra que cada vez tenía menos sentido, esa palabra que colma las bocas de quienes no saben que decir cuando lo más sencillo sería aceptar y creer la verdad que grita el corazón aunque de la boca no brote ni un solo susurro.
Me quedé una vez más pensando, una vez más pensando...
Mi mundo, tan cerca del tuyo, tanto en común pero tan pocas formas de demostrarlo.
Tu mundo, cerca del mío pero otro mundo al fin y al cabo, un mundo que no tengo idea como funciona, qué le preocupa, qué le interesa...tengo pistas sobre esas cosas pero ciertamente no lo se.
Es por ésto que quiero contarte:
Desde que mi mundo y el tuyo se acercaron sentí una atracción extraña, me hacías reír aún cuando estaba solo, me hacías esperar al siguiente día para verte aunque fuera un instante para tener aquellas tontas discusiones que no llevaban a nada, me hacías pensar que muchas cosas eran distintas a como hasta entonces las percibía, me hiciste creer en cosas que para mi antes eran solo fantasías, me hiciste desearte y despertar pensado en ti. Podía recordar tu aroma y la sensación de tu piel tocando la mía, llegaste a ser mía sin serlo con solo el conjunto de situaciones que recreaban esa realidad llegué a poseer tu imagen en mi mente hasta que ocurrió.
Uno se esos días aquellos abrazos y caricias tan comunes entre amigos que son más que amigos convergieron en un beso casi accidental que resumió todo aquel tiempo de incertidumbre en un sentimiento profundo y claro: creo que llegué a amarte.
Aquella oportunidad había sido esperada por mucho tiempo pero siempre lo toma por sorpresa a uno, de pronto todo aquello que fluía con naturalidad se volvía un caos por lograr sostener algo que antes se sostenía solo, en resumen: no funcionó, no entendía como es que no podía llegar al entendimiento con alguien que conocía tan bien.
Dejamos de ser amigos y guardamos silencio por mucho tiempo, seguíamos estando cerca pero muy lejos también y después del enojo por muchas cosas que pasaron me quedó siempre la duda sobre las cosas que conducen al fracaso, creo que no logré demostrar mi valor verdadero.
Quiero contarte que quise ser mejor, que quise comprenderte y protegerte, que quise ser más grande que tus recuerdos, que quise demostrarte mi verdadero valor pero que no pude, no pude entender cuál era la esencia de aquello que me hacía tan feliz la esencia de aquello que me atrae a ti como la luz a una polilla. Quiero pensar que no estoy loco y que lo que pienso no son las excusas de quien no tiene una razón lógica para actuar, las razones del que no tiene la razón, del que juzgan como tonto, obsesivo e inmaduro. Quier contarte que lo que siento es real pero la verdad es que no se lo que siento.
Tiempo después nos encontramos, cada uno con nuevas heridas. Creí que ésta sería la oportunidad de demostrar mi valía, abrí mi corazón diciendo: éste es quien soy, con aciertos y errores, este es mi corazón que ama y no teme a ser herido, el corazón que se entrega sumiso aún cuando sobre él penda una espada. Las cosas caminaron de nuevo...creí que la entendía como ella a mi pero de nuevo el caos regresó. La derrota se sentía galopar como mil caballos juntos que corrían hacia mi, no supe que hacer de nuevo. De pronto esos dulces sueños se fueron transformando en pesadillas, habíamos soñado tantas cosas y no se como se esfumaron de pronto.
Trato de ser fuerte, tu me enseñaste a ser fuerte!, trato de transformar mi tristeza en ira, mis lágrimas en rechinar de dientes , mis recuerdos en fuego que alimenta un enojo que me embriaga para no sentir el dolor de verte lejos de mi, trato de cambiar, trato de no ser quien soy.
Pero entre más trato menos lo logro y mas perdido me siento pero poco a poco he aprendido a distinguir que en esos momentos de locura una luz siempre entra por la ventana, una luz que da pistas sobre lo verdadero y sobre lo que casi siempre ignoramos.
Quiero contarte que he ignorado los detalles, los mismos que me atrajeron a ti, aquellos detalles que nos hacían pasar horas juntos sin discutir, sin preocuparnos por el mañana, aquellos detalles que me salvaban de pretender ser lo que no soy, aquellos detalles que hacían la vida tan fácil, aquellos que me hacían fuerte porque son los que me hacen ser natural y confiado. Tus detalles como una simple sonrisa, un beso de papel, una simple pregunta, una tenue mordida en mi hombro o una mirada a los ojos.
Quiero contarte que te extraño mucho...


Ikannus
2008

lunes, 25 de agosto de 2008

El sueño de las alas

El sueño de las alas

La libertad; sueño de un día de esperanza; esperanza sueño de un día de libertad.

Buscando en lo profundo del cielo tratando de ver figuras en las nubes, lo que sueñas es con tener alas y poder volar hacia ellas, cuanto quisieras, cuanto… pero el cuerpo es tan pesado; por que no se puede respirar el aire mas cerca del techo?

La profundidad del azul llama, llama con fuerza, el deseo es el mismo, solo cambia de cara y de figura, no importa en que momento ni que alma lo guarde, el sentimiento es igual pero con una puerta distinta.

Soñando con ser libre fueron creciendo las alas, con la esperanza que alimenta esos sueños fue creciendo el deseo de alcanzar al sol que se levanta sobre el horizonte.

¡Libertad! El sentimiento más fuerte e impredecible, que hace mover montañas sólo para poder ver más lejos, que hace apagar la luz tan solo para ver las estrellas, que hace correr aún sin fuerzas, que hace latir al corazón que esta bajo el hielo, el mismo sentimiento que detiene el paso para buscar un nuevo rumbo; nadie entiende a la libertad, nadie posee a la libertad; nadie sabe exactamente si existe la libertad; solo se siente su cercanía, pero siempre viajando un paso adelante.

Con un destello de luz las alas fueron el regalo otorgado para llegar hasta el lugar en donde habitan los sueños, con el poder de volar donde solo el pensamiento llega, la ilusión, la ilusión da las alas y las ganas de volar, flotar por las nubes hasta acariciar con las manos el inmenso azul del cielo. El aire es tan puro que da vida nueva al espíritu, que hace sentir como si no existiese nada más que un momento de calma, la paz interior es tan plena que da la oportunidad de escuchar los sonidos que guarda el silencio, que da la oportunidad de observar el color de una sonrisa, que da la oportunidad de disfrutar del sabor de un recuerdo…

Pero; el ruido de la vida cotidiana llama con fuerza, despertando del sueño de las alas, la prisa, la indiferencia por los detalles que dan color a la vida y hacen de ella una colección de instantes pequeños, transforma un arco iris en piedra, transforma el agua pura en arena.

La desilusión por la esperanza perdida que mata los sueños, convirtiéndolos en una bruma espesa que nubla el camino, hace de los colores de la vida una mancha gris y difusa, transforma una sonrisa en amargura, transforma el cielo azul y puro en tierra roja y agrietada, el toque de la vida simple y cotidiana que transforma todo a su paso silencia al llamado de la libertad, enfría la calidez natural del corazón humano.

Por qué se olvidan tan pronto los sueños, por que se deja de creer en la luz de un día nuevo, por que se deja de escuchar la música del viento, por que se construye un calabozo en donde antes no existía nada más que el cielo, nadie lo sabe con certeza, pero acaso si no existiese el encierro no dejaríamos de percibir los momentos de verdadera libertad, esos momentos que crean los sueños al tomar cuerpo y forma aunque sea por un solo instante.

Talvez la vida sea solo eso, una suma de pequeños instantes, que pueden o no formar grandes cadenas que hacen que todo lo que pase por nuestro alrededor tenga sus propias luces y colores, que hacen que la vida se llene con el sentido que da la esperanza de hacer que estos instantes sean perpetuos, que hacen vivir un eterno momento: el sueño de las alas…


Ikannus
2003

viernes, 22 de agosto de 2008

Cuando el viento se va

Cuando el viento se va

Ya no hay hojas en los árboles ni vida en sus ramas, no hay ilusión en el día ni descanso por la noche. Cuando el viento se va se lleva la luz consigo, se lleva el amor se lleva la vida.

El tiempo parece detenerse, es igual un minuto a una hora, un día a todo un año, ya no importa que soy ahora o que seré mañana, lo que fue ayer está presente pero no con vida propia, alimenta su existencia con recuerdos que roban poco a poco el sentido de lo real y lo que no lo es.

Ya no se en que creer, ya no se en que confiar; todo es muy confuso ahora que ya no hay amor ni caricias, ahora que no hay noche ni día, pienso en lo que fui, pienso en lo que fueron los demás, no se que pienso, no se si valió la pena luchar por lo que se va con el viento, no se que costo tienen la lealtad, el sacrificio, la confianza, la entrega, la devoción, ¿acaso cuestan la vida?; no lo se.

Sentimientos, sentimientos como el dolor tan fuerte que causa los recuerdos al arder entre las llamas que devoran lentamente todo lo que algún día fue ilusión, acaban con el aire; ¡es tan difícil respirar!, es tan difícil vivir sin ti, creo que no se cómo vivir sin ti.

Perdido en la oscuridad, corriendo desesperado tratando de huir de las voces del pasado, cada palabra, cada sonrisa, cada promesa; de nada sirve tratar de no escuchar, es imposible detener algo que es invisible y que cae como centellas en las tinieblas, no hay manera de evitar lo imposible, todos los caminos llevan al mismo lugar, siempre es la misma figura, la que ahora es extraña, fría y lejana.

El dolor es tan fuerte que es físicamente perceptible, como el frío del acero sobre el pecho recorriendo de arriba abajo, cortando y desgarrando, ocupando el lugar que alguna vez llenaron las caricias y los besos.

Las lágrimas ya no son suficientes, ya no calman el dolor, ya no traen desahogo ni paz, solo brotan como sangre que abandona a un cuerpo moribundo y sin esperanza.

Quiero la libertad de los espíritus del pasado, quiero vivir, quiero respirar aire puro y fresco, quiero despertar sin la desilusión dentro del corazón ocupando lentamente el lugar de mis máximos anhelos, la desilusión que torna el amor en odio. Quisiera despertar un día en paz, sin pensar en lo que pudo ser y no fue, sin pensar en lo que se va con el viento…

Ikannus

2000

Saber esperar

Que difícil es entender que las cosas llegan a su debido tiempo.
Cuántas veces se piensa en algo que se quiere llevar a cabo, se desarrolla un plan completo con un inicio que incluye el conocimiento teórico, una parte intermedia que incluye el desarrollo y una parte final que incluye el resultado que se desea. En fin, una serie de pasos que a nuestro criterio debe contener nuestro plan para que de resultado y, por supuesto, ese resultado nos satisfaga.
Todo en el papel puede parecer correcto e inclusive tener un ingenioso plan para llegar al objetivo pero muy a menudo ocurre algo que cambia totalmente el panorama y se empiezan a notar una serie de fallas que se traen al piso nuestro plan o conducen a un desenlace poco satisfactorio o no esperado, convirtiendo en poco tiempo a una buena idea en una desilusión en el mejor de los casos o en un gran problema.
Este tipo de planes se desarrollan en muchos ámbitos que no sólo incluyen los negocios, pueden ser también a nivel personal pero la causa de la falla parece ser, a mi criterio, la misma: muy a menudo no sabemos esperar.
No todos los fracasos aparecen con los resultados o son notorios desde el inicio, muy a menudo empiezan a gestarse precisamente cuando las cosas están saliendo bien, al igual que con los negocios la codicia desatada por buenos resultados puede echar por tierra muy buenas relaciones personales.
El valor de la estrategia está no sólo en lograr la victoria sino en conservar lo obtenido y saber esperar a que se presente la oportunidad para dar el siguiente paso o simplemente dar tiempo para disfrutar del momento teniendo la calma suficiente para no variar esa estrategia por la emoción de un buen resultado. Ahí está el verdadero sentido de un triunfo, no es sólo ganar una batalla sino la guerra.
Los buenos resultados, sobre todo si se dan muy temprano, pueden ser los causantes de un mal desenlace si no se tiene la madurez o la experiencia para saberlos manejar de forma que sirvan para conducir al resultado esperado o inclusive a un resultado aún mejor que el esperado.
El saber esperar a que las cosas se den a su debido tiempo agrega a una buena estrategia la solidez para que conduzca a una gran victoria, se debe entender que esperar no es sinónimo de quedarse dormido y nunca actuar, saber esperar significa aguardar al momento indicado para dar el siguiente paso, significa saber leer el libreto y comprender cuándo es tiempo de introducir otro factor en la escena.
Algo curioso sobre la estrategia en las relaciones personales y que tiende a diferenciarlas de los negocios es que en éstas relaciones el secreto puede estar en no esperar nada, si, simplemente no tener expectativas muy grandes que puedan cegar con idealismos que no permitan ver con claridad el horizonte, expectativas que a menudo crean una falsa idea sobre una persona y que no permiten ver la verdad tal cual es: no siempre lo que soñamos es lo que nos hará felices y eso se descubre intentando, fracasando y aprendiendo a esperar el momento justo para que las cosas se ocurran.

martes, 19 de agosto de 2008

Un beso de papel

Un beso de papel fue aquel regalo que como tantos otros guardé en mi lugar más secreto, aquel lugar que atesora otros muchos detalles que no quisiera que formaran parte del olvido jamás.
Recuerdo muy bien aquel día, mi tristeza era evidente, se reflejaba en los ojos tan claro como las nubes en el agua. Yo la observaba como muchas veces antes mientras se maquillaba el contorno de los ojos, rápido pero sin prisa y con gran detalle, luego tomó su cajita de sombras eligiendo un color que ya tenía pensado y comenzó a aplicarlo poco a poco hasta que ya había terminado, logró convertir sus ojos cálidos en una versión un poco más fría pero atractiva, le había agregado ese misterio que tanto me hacía dar vueltas la cabeza ya que convertía algo que yo creía conocer en algo con su misma forma pero con un alma diferente, un alma que no entendía pero que aseguraba conocer.
Luego buscó en su bolsito otra de aquellas cosas desconocidas para la mayoría de los hombres y comenzó a maquillarse el resto de la cara, lo hacía con aquel detalle que yo adoraba, prestando atención a cada trazo como lo hacía en tantas otras cosas, la forma en que arreglaba las flores, como ordenaba las cosas sobre la mesa, en fin, todas esas cosas que me hacían ver lo que otros no veían -o al menos eso creía yo- aquellas cosas que parecen estar dibujadas en la mente antes de ser hechas realidad.
Mientras hacía todo eso, para mis adentros pensaba en lo poco que la conocía a pesar del tiempo de estar junto a ella. Tanto que creía saber sobre esa mujer que estaba frente a mi pero en realidad no era así.
Después de terminar con el maquillaje, se hizo una cola y la obra de arte estaba casi lista, sólo le faltaba aquel detalle que le daría el nombre al comienzo de un relato que buscaba conocer algo dentro de mi que me permitiría comprender algo que estaba afuera, algo que para mi es un misterio y que apenas hoy he tenido una pista de lo que es. Creo que no es el miedo mismo, la falta de confianza o no se que montón de cosas he creído que pueden ser...creo que tiene algo que ver con no saber escuchar y de no prestar atención a los detalles mismos que digo adorar.
Como punto final le dio otro color a sus labios, un color que no era el suyo, el que la hacía sentir cómoda, se miró al espejo y dijo: verdad que no? yo asentí con la cabeza pero con mi boca dije que se veía diferente, aún cuando la he observado tantas veces que podría haber escogido el correcto en un instante...no se escuchar, no se escuchar ni a mi corazón. Luego tomó un trozo de servilleta y se limpió los labios dejando su forma dibujada claramente, como si escuchara mis pensamientos se detuvo y dijo: no, ni piense que le voy a dar esta servilleta, yo sonreí levemente al verme descubierto y desistí de mi intento no hecho, luego ella se puso su color habitual y listo!.Me levante para ver el conjunto de detalles completo y sonreí satisfecho luego di media vuelta y me fuí.
Un rato después ella llegó donde yo estaba y sin decir palabra me entregó un papel doblado en varias partes, lo desdoblé sabiendo que era aquel beso de papel, un beso con la forma de sus labios, yo lo guardé sin comprender en realidad que era aquello y me dediqué a dejar que mi cara hablara, como siempre...
Nunca he entendido lo que significa vivir el momento, pero creo que en aquel instante debí sonreír por aquel regalo, sentirme seguro por su significado y demostrar lo inmensamente feliz que era por poder compartir aquellos minutos de simpleza que le dan sentido a tantos acertijos, pude pensar en los sueños y en que sólo cuando se cree en ellos tienen alguna posibilidad de ver la luz de la realidad algún día pero decidí no hacerlo, decidí dar rienda suelta al temor de perder algo que ni siquiera era mío, algo que sólo pertenecía a mis sueños, decidí darme por derrotado antes de comenzar cualquier batalla.
Me quedé con aquel beso de papel en mis manos mientras ella se despedía con desilusión dibujada en su rostro, me quedé con un trozo de papel con una parte de su imagen impresa en él pero no con su verdadero color, me quedé con una invitación en las manos que decía implícitamente: conóceme, quiero darte esa oportunidad...